cine
Alberto Rodríguez-Carlos Vermut: dos directores ante los Goya de su vida
El director de «La isla mínima» no se ve tan favorito y afronta los premios con cierto nerviosismo. El de «Magical Girl» llega sin presión y muy tranquilo
En la retina los Goya , pero también en la cabeza y en los sueños de cabecera. Alberto Rodríguez (Sevilla, 43 años), director de «La isla mínima», y Carlos Vermut (Madrid, 34 años), director de «Magical Girl», afrontan los premios del cine español con distinta perspectiva pero con la misma ilusión: la de saber que están ante uno de los mejores años del cine español. Vermut lo tiene muy claro: «Los favoritos son ellos. Nosotros ya tuvimos San Sebastián y vamos muy tranquilos porque lo que nos toque ya es un regalo. La presión es de Alberto aunque, conociéndole, me da que va a estar tan tranquilo como yo».
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Pero no es así. Rodríguez, favorito a todo, señala que el asunto no está tan claro: «No me veo tan favorito como dice la gente. Y la verdad es que algo nervioso sí que estoy, aunque menos que la primera vez (estuvo nominado cuatro veces como guionista y no ganó ninguna). Quizás es la veteranía, aunque lo cierto es que tengo ganas de que pase todo. Lo positivo que podemos sacar es que el año ha sido muy bueno para el cine español. Ha habido películas buenísimas, como la de Carlos, incluyendo a algunas que se quedaron fuera». Rodríguez da la razón a Raúl Arévalo, que dijo que no se podía fingir una cara en el momento cumbre de los premios porque los nervios te pueden: «Es imposible. Hay mucha presión. Yo he estado muy tranquilo pero a medida que se acerca el día la adrenalina se te dispara».
Personajes perfilados
Para Vermut la perspectiva es otra: «Cuando me dicen si me abruman todos los elogios que han dado a la película yo digo que no, que tenía mucha fe en ella y que sabía que había quedado bien. Si no, no la haces. Es cierto que nunca sabes si va a conectar con la gente pero esto no era un encargo, era algo muy mío y, de hecho, en cada personaje de la película hay algo de mí, sobre todo en el de Bárbara, que ha sido muy complicado configurar».
El director de «La isla mínima» asegura que quizás uno de los valores que más aprecia la gente (y los académicos) es el fondo de la historia: «Yo vi el escenario y no quise hacer la película por las Marismas en sí, sino por la gente que vive allí. Es gente que lo pasa muy mal, con muchas carencias de todo. Han tenido y tienen una vida muy dura y yo quería reflejar todo eso».
También al director sevillano le ha costado perfilar los personajes, si bien su favorito es el de Raúl Arévalo: «Era muy complicado porque se dibujaba desde dentro mientras que el de Javier era para fuera. Han hecho un trabajo formidable los dos».
Le preguntamos a Rodríguez sobre la leyenda urbana de «True Detective»: «Es cierto. Teníamos ya montada la película cuando Raúl me manda un whatsapp con la foto de la serie diciéndome: “Nos han copiado”. No, aún no he visto la serie. Me la han regalado pero la tengo en standby».
También hablamos sobre si, con el tremendo potencial que tiene Antonio de la Torre, no se le quedó corto el personaje, sabiendo que podía explosionar la película: «Claro que lo podía hacer, pero hablé con él y acordamos que después de protagonizar “Grupo 7” queríamos hacer un personaje secundario que, a pesar de tener un papel corto, fuese tan intenso como ha resultado en la película». También Vermut ha tenido su actor fetiche, que no es otro que José Sacristán, favorito para el secundario, aunque tendrá que pelear duro con el formidable Karra Elejalde («Ocho apellidos vascos»): «Es fácil trabajar con Sacristán porque es tan práctico como yo. La clave es intentar hacerlo sencillo y sencillo lo hicimos. Lo más importante era simplificar al máximo».
Superar la crisis
A pesar del excelente año del cine español y de la magnitud que van a tener los Goya del sábado, tanto Rodríguez como Vermut ven nubes en el horizonte, y no son pequeñas. Alberto no cree que con los éxitos del cine español se haya solucionado la crisis: «Lo que ha cambiado ha sido la actitud del público y los números, que son evidentes. Pero acabar con la crisis es otra cosa. Habría que rebajar el IVA y crear una verdadera Ley del Cine que se adapte a los nuevos tiempos. Pero más importante que todo eso es que los de arriba, sean del color que sean, dejen de considerar al cine como una arma arrojadiza».
Para Vermut el problema es aún más global: «Lleguemos algo más allá. La gente va a las salas de cine a ver un espectáculo, pero difícilmente acude a ver una historia. Para ver dichas historias acabarán quedándose en casa, apretando un botón y viendo las películas en una pantalla gigante. Lo que tenemos que buscar es un hueco donde poder meter el cine que nos interesa, y en eso estamos, intentando contar historias que remuevan a la gente en la butaca».
El sábado será el día, o la noche, de los Goya. Ambos directores deglutirán el domingo todo lo sucedido y el lunes ambos se pondrán a la tarea de nuevos proyectos que ya tienen en marcha. Carlos Vermut dice que está «preparando una película con Apaches. Será un drama con elementos musicales muy importantes. Irá sobre la verdadera identidad, segundas oportunidades y algo de física cuántica... No, aún no tengo el casting hecho. Aún estoy con el tratamiento, pero he de plasmarlo».
Rodríguez tiene su nuevo proyecto algo más adelantado: «Es la historia de Francisco Paesa y Luis Roldán, evidentemente basada en el libro escrito sobre el primero». Al igual que Vermut, el sevillano aún no tiene los actores, pero sí fecha de rodaje: «Empezaremos en verano y vamos a rodar en Madrid, París, Ginebra y, probablemente, Singapur».