Sarah Palin ataca a los «izquierdistas de Hollywood» que critican «El francotirador»

A «El francotirador», la película de Clint Eastwood que barrió en su primer fin de semana en EE.UU. , le ha salido una defensora que no se caracteriza por morderse la lengua: Sarah Palin, exgobernadora de Alaska y, en su día, candidata a convertirse en vicepresidenta de su país. «Dios bendiga a nuestras tropas, especialmente nuestros francotiradores, arranca el texto publicado en su perfil de Facebook .

La cinta, que se acercó a unos increíbles 80 millones de euros en su lanzamiento, pasó de ser ignorada en la temporada de premios a recibir seis nominaciones a los Oscar , incluida la de mejor película y mejor actor para Bradley Cooper. De la noche a la mañana se convirtió en la comidilla de Hollywood. El director Michael Moore se descolgó con unas declaraciones incendiarias contra la figura de los francotiradores (les llamó «cobardes»), aunque matizó que no atacaba a Clint Eastwood y su filme.

Con el debate cada vez más caldeado, se crearon dos bandos muy marcados : detractores como Seth Rogen, capaz de compararla con la propaganda nazi, y defensores entusiastas como Jane Fonda. En este último grupo se alinea Palin, que tiene muy claro a quién afear sus críticas: los «izquierdistas de Hollywood ». A ellos indica lo siguiente: «Mientras acariciáis los trofeos de plástico brillante que os intercambiáis al mismo tiempo que escupís en las tumbas de los luchadores por la libertad que os permiten hacer lo que hacéis, daos cuenta de que el resto de América sabe que no sois dignos de limpiar las botas de combate de Chris Kyle [cuya historia relata la película]».

Palin concluye así: «Que la épica 'El francotirador' nos traiga solo bendiciones para Tay [mujer de Kyle] y los hijos de este auténtico héroe américano. Gracias Bradley Cooper y Clint Eastwood por respetar a los militares de Estados Unidos».

A pesar de la polémica, o quizás alimentada por su combustible, el filme ha desbancado a «The interview» como el principal asunto de comentario y análisis ya no solo en Hollywood, sino en todo el país. Es tal el grado de atención que hasta el uso de muñecos en lugar de auténticos bebés hace correr ríos de tinta.