TVE se cena a las privadas con sus especiales de Nochebuena
La cadena pública destacó con el musical de Serrat «Antología desordenada»
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A la programación navideña , como a la familia política, se llega por imposición. Pero hay imposiciones más llevaderas que otras , no toda la televisión es, como dijo Fellini, el espejo donde se refleja la derrota de nuestro sistema cultural. En un decorado que podría haber sido el de Cristina García Ramos en un «Corazón, corazón» de Navidad, habló el Rey de «una España moderna» y se nos aparecieron, a continuación, Ramón García y Ana Obregón , que canta como cuando le pisa una la cola al gato. Con «Parte de tu vida», TVE apostó por mezclar «Viaje al centro de la tele» con un «Telepasión» justito, como la voz de Mariló , acostumbrada a otro tipo de cante. «¿He sido teletransportada o abducida?», preguntó. Lo suyo sería que le hubieran contestado: «Trasplantada».
En este tipo de show, al contrario que en la política, de donde mejor se vuelve es del ridículo . Más talento demostró María Casado, que rebajó el nivel de tupé -luego vendría Bustamante a subirlo- para cantar «Si nos dejan». Faltó Toñi Moreno remedando aquel anuncio de la ONCE: «Que qué es lo que tengo que tengo de “to”». No está TVE para prescindir de sus estrellas. Mónica López y y Lara Siscar, en cuyo clip eché de menos las mecedoras de Lazarov, llevaron la parte reivindicativa: «Informar sin perder la imparcialidad». Lucieron más los temas musicales grabados en los decorados de «Cuéntame» y «Águila roja». Resultaba el plató agobiante y eso que ya ha llovido desde que Laurence Olivier le dijera a Tico Medina: «Lo suyo es milagroso, hacen ustedes la televisión en una caja de zapatos».
En lo de Prat y Paz -«Paz Padilla antes de Navidad» dice el Hematocrítico-, que llevaba las plumas del pavo puestas, volvieron a mezclar actuaciones musicales con sketches morenescos, aunque es de agradecer que no empezaran con Papá Noel en ropa interior, marcando el «joujoujou».
Antena 3 tiró de « Los Simpson » - sin Homer y sin cerveza Atresmedia pierde la cabeza , diríamos parafraseando al patriarca- y de un refrito de « Tu cara me suena ». La Sexta prefirió los monólogos de « El club de la comedia » y Cuatro se decantó por cine. Lógico que las privadas no hayan hecho mayor esfuerzo. La Nochebuena es tan de TVE como la capa de Ramón García. Sobre todo cuando nos regala programas como «Antología Desordenada», con una mimada puesta en escena que recordaba a «Alaska y Coronas», dirigido también por Santiago Tabernero. Una delicia en la que el humor, el recuerdo y los duetos musicales, gustaran o no los artistas, encajaron con la perfección de los amantes.
Un Serrat «desprovisto de afectación» , como lo había presentado cierta vez Uribarri, se prestó al juego de Joaquín Reyes , que atinó con su particular «Celebrities»: «Yo iba a cantar el “La, la, la”, me quedaba el vestido...». «Voy a contar cómo se me ocurrieron algunas canciones: “Aquellas pequeñas cosas” fue un jersey al que le salieron bolitas». También puso su gracia Latre haciendo de representante de un Sabina -«anda, la de “boys, boys, boys”»-, que no cantó con el homenajeado, pero sí recorrió los vacíos estudios Buñuel, donde también se grabó el especial de Bustamante. Pasar de Serrat a Bustamante, fue como pasar de « Arriba y abajo » a « Ana y los siete », aunque aún estoy dudando si su dúo con Sergio Dalma fue un despropósito o una genialidad. Aparecía de vez en cuando «Richard Atemporal», Espartaco Santoni del reporterismo que bien podría haberse dado a la fuga, como la reportera de «Más vale tarde».
Este año no tuvimos a Raphael -tampoco el tradicional «me llena de orgullo y satisfacción»-, pero, oiga, Igartiburu, que es nuestra Phoebe y cuyas transparencias solo igualó Vaquerizo en Telecinco , cantó «Escándalo». Y aquí seguimos, vivos.
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