Frank Cuesta: «La jirafa parece tranquila, pero una casi me mata»
Frank Cuesta seguirá los pasos del Doctor Livingstone en esta nueva edición del espacio que aterriza en Discovery Max mañana a las 22:00 horas
La fauna asiática no tiene secretos para él. Su periplo al Amazonas le descubrió las especies autóctonas de Brasil. Ahora, «Wild Frank» regresa a la parrilla de Discovery Max (domingo, 22.00) para recorrer el corazón de África en busca de los cinco grandes mamíferos de este continente que evoca aventura y acción.
- ¿Doctor Livingston, supongo?
-No, soy Frank Cuesta o Wild Frank. El doctor Livingston es uno de los naturalistas que más admiro y en cierta medida esta serie es un homenaje a él. El cuerpo del explorador está enterrado en la Abadía de Westminster de Londres, junto a otro ilustres británicos... Sin embargo su corazón descansa en un pequeño poblado de Zambia llamado Chitambo. Es el lugar en el que vivió, murió y dejó su alma. Poder recorrer el camino trazado por un explorador tan grande como él y vivir con la gente y en los mismos lugares en los que vivió ha sido impresionante para mí. Me pagan por esto, pero yo pagaría por tener la oportunidad de vivir estas aventuras.
-¿Cómo será el programa?
-Se trata de un nuevo reto para mí. Me lanzo a la búsqueda de los «cinco grandes», como se conoce a los principales mamíferos de África: el leopardo, el león, el elefante, el rinoceronte y el búfalo. Animales tantas veces grabados en la distancia, pero a los que yo me he acercado lo máximo que he podido para mostrar sus aspectos menos conocidos.
-¿Cómo ha sido la experiencia?
-Viajar a este gran continente para observar de cerca algunos de los animales más grandes y peligrosos del mundo ha sido increíble. Grabar en medio del desierto o de las grandes praderasha sido muy exigente, pero ha merecido la pena.
-Loco, suicida, curioso, ¿cómo se definiría?
-Soy una persona que ama la vida y que trata de disfrutarla sin fastidiar al prójimo. Los que buscamos un poco de adrenalina, lo hacemos sobre todo por amor a la vida a través de esa experiencia... es estar vivo. Si yo tuviera que estar encerrado en una oficina me moriría, me daría de cabezazos contra el ordenador.
-En ese especial «amor» a la vida, ¿se marca algún límite?
-Ese ya lo tengo marcado. He llegado al momento en el que puedo decir que mañana me puedo morir porque sé que mis hijos van a estar bien. Soy feliz porque sé que si me muero mañana mis hijos no van a estar felices durante un tiempo; pero ellos van a tener una subida en la vida.
-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
-Le voy a contar una cosa que nunca le he dicho nadie: el contacto con los animales es increíble; pero el contacto con la gente anónima que trabaja con los animales son los que más me impresionan. A lo largo de este tiempo, llevo más de veinte años, yo he tenido la oportunidad de salir en los medios y que la gente me conozca; pero hay personas que no son famosas y que de una manera oculta y humilde, ayudan a los animales. Hacen todo sin recibir nada a cambio.
-¿Qué tiene que decir a aquellos que hay cosas más importantes que dedicarse a los animales?
-Les diría una cosa que aprendí de mi abuelo: los animales están ahí porque están ahí, y nosotros estamos aquí porque estamos aquí. El día que desaparezcan los animales, desapareceremos nosotros. Sí, hay cosas más importantes en la vida. En la sociedad que vivimos hay bomberos, médicos, albañiles, profesores, tenderos... cada uno tiene su función en esta vida. La gente que se dedica a ayudar a los animales lo da todo por su trabajo, como el resto de profesiones.
-No todo el mundo comprende este mensaje
-Todos somos parte de la sociedad. Estamos acostumbrados en creer que el ser humano es superior en todo y hace un millón de años eramos los mismos. En lugar de evolucionar estamos involucionando. Nos estamos haciendo tontos.
-Tras las experiencias asiática y amazónica, ¿ha visto África con ojos nuevos?
-Primero de todo rodamos en invierno y hacía un frío. Son enormes extensiones de terreno y los animales tienen poco sitio donde esconderse, de todas formas nos costó encontrar los animales. Nos pasábamos noches enteras todo el equipo tratando de encontrarlos. Cuando les preguntábamos a los lugareños, estos nos mandaban a la reserva... nosotros queríamos animales en libertad. Un ejemplo de lo que le cuento, es cuando estábamos en Zambia. Allí dicen que hay muchos camaleones... no dimos con ninguno hasta la última semana en la que encontramos un montón.
-¿Qué es lo que más le ha sorprendido?
-Precisamente eso, la dificultad de ver animales, salvo que vayas a un sitio específico como una reserva. Lo malo es que allí los guardas no te dejan bajarte del coche, ni estar cerca de los animales como yo acostumbro a estar.
-¿Y de los animales?
-Todos son increíbles... pero de destacar uno la jirafa. Es un animal precioso y tiene una apariencia tranquila. Es el que más me ha atacado...uno casi me mata. Es Bambi con una escopeta disparando al cazador.
-¿Tiene otros proyectos?
-Estoy dispuesto a lo que me digan. Me siento muy afortunado ya que me pagan por hacer algo que me fascina, por eso y por tener unos hijos tan maravillosos como los que tengo.
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