«The interview»: y Sony tiró la toalla
Hollywood critica la decisión del estudio por considerar que establece un peligroso precedente
Sony Pictures acabó tirando la toalla con su polémica película «The interview». La amenaza de los hackers -que inflingieron un gravísimo ataque a la compañía el pasado 24 de noviembre- de desatar un nuevo 11 de septiembre llevó a las cinco principales cadenas de cines de Estados Unidos a retirar el filme de sus carteleras. Y el estudio, que había dejado en manos de las salas la decisión de proyectar o no esta negrísima comedia, sobre un plan para asesinar al líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, se rindió a la evidencia y adoptó una medida terminal.
«A la luz de la decisión de la mayoría de nuestros clientes de no proyectar la película “The Interview”, hemos decidido no continuar con el lanzamiento planeado para el 25 de diciembre», se puede leer en el comunicado de Sony, que previamente había cancelado el preestreno en Nueva York y que, por ahora, no se plantea alternativas para poner la cinta a disposición del público, a pesar de que se especuló con su difusión online.
Ahí, en la red, se gestó un duro golpe, de consecuencias todavía impredecibles, que ha ido engordando como una bola de nieve . Correos electrónicos en los que los directivos salen mal parados, sueldos millonarios, guiones de películas sin estrenar: todo a un clic de distancia y amplificado por los medios de comunicación estadounidenses, señalados tanto por Sony como por la industria.
A Hollywood le está costando digerir el triunfo de los piratas informáticos, que en un comunicado emitido el pasado martes instaban a los espectadores a no acercarse a los cines que proyectaran «The interview». Directores y actores vertieron a través de las redes sociales su decepción e indignación por la retirada del filme. « Realmente es difícil de creer que esta sea la respuesta a una amenaza a la libertad de expresión aquí en América», escribía Ben Stiller en Twitter. «¿Quitarán ahora cualquier película que reciba una amenaza anónima?», lanzaba Judd Apatow. «Ganaron los malos», sentenciaba Mia Farrow.
Pyngoyang, sospechoso
El pasado mes de junio Corea del Norte mostraba por primera vez su rechazo al argumento de «The interview», y aunque ni confirmó ni desmintió que estuviera detrás del ataque, a modo de venganza, que se atribuye el grupo Guardianes de la Paz, todas las miradas apuntan al régimen de Pyongyang . Según la CNN, fuentes policiales confirmaron que los piratas trabajan para el país asiático. No fue tan lejos un portavoz de la Casa Blanca, quien aseguró que ese ataque se está analizando como una seria amenaza a la seguridad nacional, y que el presidente Obama sopesa una respuesta «proporcionada». A falta de que se determine a quién responder, Washington habla de un «actor sofisticado».
En paralelo, nuevos correos electrónicos que circularon entre los directivos de Sony Pictures desde el verano muestran la creciente preocupación por la repercusión de «The interview». Especialmente su polémico final , en el que un proyectil alcanza el helicóptero de Kim Jong-un, dictador norcoreano, que muere abrasado. Un chiste macabro cuya onda expansiva ha destruido a la propia película.
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