Tormenta de celos y final feliz en «Adán y Eva»
El Paraíso acoge el encuentro de cuatro concursantes en su búsqueda del amor
Los celos se convirtieron en los auténticos protagonistas de la última entrega de «Adán y Eva». Sandra y Raúl llegaron a la isla en primer lugar dispuestos a dejarse seducir por los encantos del paisaje. Sin embargo, la llegada de Rosa y, posteriormente, de Miguel desestabilizaron a la colombiana que sacó las uñas para defender a su 'Adán'.
El beso entre Rosa y Raúl fue el causante del enfado de Sandra. La joven enfureció al conocer el gesto cariñoso que tuvieron sus compañeros en la isla. Sandra atacó a Rosa, acusándola de pija y solo se calmó con la llegada de un nuevo hombre: Miguel.
Al principio, las dos mujeres se mostraron cariñosas con el recién llegado pero rápidamente volvieron a ponerse una contra la otra al descubrir que las dos estaban interesadas en el mismo candidato: Raúl.
Pero la isla brindó a Sandra un poder que sería determinante en el desenlace de esta historia. Un juego en el mar otorgó a la colombiana la capacidad de expulsar a un concursante del Paraíso y no dudó en deshacerse de su competencia, por lo que Rosa abandonó el programa. De esta forma, Sandra tuvo oportunidad de relajarse y disfrutar de la experiencia, aunque tenía muy claro que su elegido era Raúl.
A pesar de su comportamiento y de haberse pasado medio programa mostrando una actitud muy celosa , Raúl aceptó mantener una relación con Sandra más allá del programa nudista de Cuatro.
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