Hernán Zin: «En un conflicto con tantas presiones, no hay forma de negar la voz de un niño»

El reportero estrena «Nacido en Gaza», un documental en el que se escuchan los lamentos, miedos y sueños de palestinos de entre 4 y 13 años

Hernán Zin: «En un conflicto con tantas presiones, no hay forma de negar la voz de un niño»

diego casado

El pasado agosto, en medio de la operación militar «Margen Protector» que inició Israel sobre la franja de Gaza, Hernán Zin decidió de un día para otro hacer las maletas y desembarcar en la zona para contar el conflicto de otra manera: quería hacer una película con voces que no estuviéramos acostumbrados a escuchar, pero que aportaran un testimonio de valor. «Tenía que volver. Mis amigos me decían: ‘Esto es peor que nunca, más descarnado y más masivo que cualquier otro ataque’. Así que cogí las cámaras y me fui» relata el reportero de guerra durante una charla con ABC.

Los ataques israelíes y contraataques palestinos dejaron más de dos millares de muertos. La mayoría, habitantes de Gaza. Entre los fallecidos, más de 500 niños. Por eso el documental « Nacido en Gaza » se centra en ellos. «En un conflicto con tanto ruido mediático y tantas presiones no hay forma de negar la legitimidad de la voz de un niño, lo que piensa y lo que ve», explica Hernán Zin. Sabedor de que podría ser acusado de «ñoñería» o «manipulación» por el uso de menores, intentó evitarlo de un modo sencillo: dejando hablar a los más pequeños, «poniendo el micrófono delante», sin la intermediación de sus palabras. El resultado son diez testimonios descarnados y sorprendentes de niños de entre 4 y 13 años. Voces como la de Udai, 8 años, que cuenta con entereza cómo perdió un hermano mayor bajo las bombas y también la casa en la que vivía, reducida a escombros en pantalla. «Hablar con ellos fue mucho más interesante de lo que yo pensaba», admite Zin. «Tienen una lucidez y una claridad de ideas que sorprende», explica.

En un territorio donde la mitad de su población tiene menos de 18 años, el periodista quiso ponerse en contacto con los perfiles más variados posibles: el niño agricultor, el pescador, el que recoge basura para que su familia pueda sobrevivir… sus voces están rodadas mientras los misiles israelíes caían sobre la zona. Una forma de trabajo muy distinta a la que estaba acostumbrado Zin, que cubre conflictos armados desde hace 20 años: «Todos nuestros compañeros iban corriendo con el casco hacia las bombas mientras nosotros nos quedábamos con las víctimas», recuerda. Con el «nosotros» se refiere a él y a Jon Sistiaga, uno de los productores de la película junto a Olmo Figueredo y la cantante Bebe. Aún así, el peligro estaba presente: «En todo momento tienes los drones israelíes encima tuyo. Y como todos los elementos de trabajo del periodista parecen armas: trípodes, cámaras… yo hice el documental con mucho miedo. En una guerra todo es un caos y la gente muere de forma absurda».

«Nacido en Gaza» está rodado de modo muy distinto al habitual, con cámara lenta y algunos planos aéreos, grabados con drones. Elementos más propios del mundo de la publicidad que del periodismo: «Los reporteros siempre vamos con muchas prisas, la guerra siempre se cuenta como ruido, bombas… así solo te quedas en la epidermis, en la anécdota. La profundidad está en la herida que causa a la víctima. Esa herida que se va forjando en el que pierde la casa, esa herida que causa estrés postraumático...», explica Zin, quien confiesa que su intención era congelar el momento gracias a la cámara lenta, con la intención «de meterme dentro de ellos y dejar que hablaran».

Hernán Zin pertenece a una generación de periodistas españoles (él es argentino pero vive en España desde hace casi dos décadas), de la que también forman parte profesionales como Jon Sistiaga o David Beriain, a los que el ejercicio del periodismo en prensa se les ha quedado pequeño. Contadores de noticias que ahora abordan proyectos ambiciosos, con vocación internacional, enfocados a la televisión y también al cine , como este documental. «Creo que vale la pena pensar en grande, en historias que conmuevan a todo el mundo», reflexiona. El suyo es un punto de vista periodístico pero del lado palestino, no lo oculta, aunque confía en que el documental sirva para hacer ver una realidad que él observa con claridad: «Este tipo de películas muestra que enquistar el conflicto más y más no es el camino. Basta de esperar la paz: hay que crear dos estados y luego generar puentes para favorecer a los moderados. Europa tiene la llave», añade.

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