Javier Fesser: «Vi a Ibáñez disfrutar con sus hijitos, fue feliz»

El director vuelve a las viñetas de Brugera con «Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo», cinta de animación en 3D

Javier Fesser: «Vi a Ibáñez disfrutar con sus hijitos, fue feliz» miguel ibáñez

pablo pazos

Once años después de hacerlos debutar en el cine , Javier Fesser recupera a sus idolatrados Mortadelo y Filemón para someterlos a un nuevo maratón de persecuciones, golpes, caídas, porrazos y explosiones en « Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo ». Con una novedad que salta a la vista: de los personajes de carne y hueso, ha pasado a la animación en 3D. Y con una diferencia que también se capta de inmediato: «Lo que se va a encontrar el espectador es el tebeo de [Francisco] Ibáñez, puro y duro», anticipa durante su entrevista con ABC.

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¿Por qué volver sobre sus pasos y zambullirse, por segunda vez, en las viñetas de los chapuceros agentes de la T.I.A.? «Me había aproximado, pero desde otro punto de vista, había mezclado el universo de Ibáñez con el mío propio, había hecho una traducción al mundo real que a mí me había dejado muy feliz y muy satisfecho, pero me apetecía un montón ir a la esencia, al espíritu, el origen de los personajes», responde el cineasta.

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Admite que estrenarse en la animación y afrontar un proceso de dos años, con 200 personas implicadas, supuso un desafío: «Complicarse la vida y meterse en más líos de los previstos yo creo que es una marca de la casa». Y explica por qué decidió cambiar de formato: «Desde hace muchos años, desde que vi “ Toy Story ”, tenía el sueño de rodar una película de animación, e intuía sus inmensas posibilidades para recrear un tebeo. Estos dos [se refiere a Mortadelo y Filemón] estaban llamando para decirme: “Podemos funcionar, danos una oportunidad”».

Sus palabras destilan el inmenso cariño que siente por un dúo que lleva dando guerra desde finales de los años cincuenta. «La anterior película -cuenta- la hice porque me encantaban estos personajes, y me siguen encantando. Sigo practicando una fascinación por estos dos que todavía sigo preguntándome por qué, por qué ocurre esto. Y sigo consumiendo sus historietas».

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¿Qué tienen de especial los peores agentes del mundo? Esto opina Fesser: «Esconden un secreto que no conozco y sigo buscando. No creo que Ibáñez lo conozca tampoco. No sé cuál es la pócima que les hace ser tan irrepetibles y duraderos en el tiempo y en el espacio. Siendo personajes del tebeo, en principio tan de ficción, hay muchas cosas con las que es fácil identificarte: la relación con tu jefe, con tu socio, las aspiraciones en la vida y, en general, ese catálogo de fracasos que van coleccionando, nos hablan de muchas cosas que nos pasan. Veo todo un mundo como de chapuza que lo entiendo por la parte de la creatividad y el ingenio. Me parece la parte positiva de la chapuza, donde no veo el cariz negativo a esa palabra tan española», aclara.

Ibáñez, encantado

La tercera adaptación de Mortadelo y Filemón a la gran pantalla (la segunda corrió a cargo de Miguel Bardem en 2008) ha dejado feliz a su creador. «Ibáñez fue el primer espectador. Me fui muy feliz de esa proyección, le vi disfrutar de sus hijitos en movimiento, me consta que se fue feliz también». Asegura Fesser que Ibáñez, a diferencia de otros dibujantes, no se muestra tan celoso de sus personajes. «Trae incorporada de serie una generosidad a prueba de balas y una inteligencia que le hace tener muy claro que el lenguaje del cómic no es el del cine. Su más valiosa aportación fue el otorgarnos la confianza de “te dejo mis hijitos y haced con ellos lo que queráis”. Porque parte de la base de que admiramos ese universo, sabe que conozco perfectamente a sus criaturas y que las voy a tratar con bastante cariño».

Con esa libertad se permitió lujos como el de incorporar nuevos personajes de su cosecha: Jimmy el Cachondo, el gran villano de la función, y el bestial Tronchamulas, el mejor hallazgo de la cinta. «Pero el malo es un compendio de quince malos de Ibáñez», se resta importancia. Con el mismo espíritu de modestia, explica que «la historia es original, pero inspirada en ocho mil gags planteados en otros álbumes. La obra de Ibáñez es tan extensa que, por muy listo que te creas, ya lo ha inventado todo él».

Mortadelo y Filemón se pueden considerar unos afortunados: pocos personajes del cómic español han saltado a la gran pantalla , aunque Anacleto está próximo y Superlópez por fin tendrá su oportunidad. «No son producciones muy baratas y se encuentran con un primer temor: la dificultad en el acceso a otros mercados. Pero creo que cuanto más nuestra sea una película, más española, auténtica, y conserve su personalidad original, más valor tendrá fuera. Estoy especialmente orgulloso de que “Mortadelo y Filemón” sea superespañola. Todo su mundo habla de lo que conocemos».

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