adán y eva
Final feliz (sin beso) para la versión desnuda de «Ocho apellidos vascos»
El jerezano Carlos y la bilbaína Maite deciden continuar con su relación pese a haberse pasado todo su «Adán y Eva» discutiendo
Ni un beso de pico en los labios. Después de pasar desnudos tres días juntos en « Adán y Eva », Maite eligió quedarse con Carlos y continuar una relación, pero a su ritmo. El momento de la despedida, la de Bilbao solo concedió un abrazo y dos besos en la mejilla ante un pretendiente que pretendía acabar efusivamente el programa.
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El mito de la frialdad de las vascas se sustanció en la tercera entrega de este reality que despoja de ropas a sus concursantes antes de que comiencen a buscar pareja. Maite, una bilbaína de ideas claras y pocas florituras, llegaba al programa deseando encontrar a un pretendiente al estilo de Miguel Ángel Silvestre. En lugar de eso se topó con Carlos, un andaluz (nació en Cataluña, pero vive desde hace años en Jerez) detallista, romántico y cuidadoso. «¡Qué moñas!» es lo que le soltó la vasca cuando en su primer despertar en la isla se encontró notas de amor escritas alrededor de su bungalow.
Por el camino quedaron frases para el recuerdo como cuando Maite hablaba de la supuesta belleza de la Alhambra de Granada: «Yo he llegado hasta Granada y la Alhambra está bien, pero tampoco es una pasada... al Guggenheim le incide la luz en el titano y hace un montón de tonalidades violáceas, eso es una pasada. La Alhambra está bien... pero al final son cuatro jardines».
Los apellidos, vascos
Maite dejó claro a Carlos que, en un hipotético futuro juntos, deberían vivir en Bilbao, donde la gastronomía es «mucho mejor». No estaría dispuesta a ir al sur «a comer espetos y cuatro cañas. No hay comparación». Incluso sugirió que, en el caso de tener hijos, les pondría sus apellidos (que tenían poco de vascos, porque su primero es López). «Para mí es una siesa», dijo Carlos, harto de los desmanes de su Eva.
La pareja pasó el programa discutiendo, en una digna secuela de la película « Ocho apellidos vascos ». Solo la llegada de una sevillana deshinibida hizo cambiar las posiciones de los concursantes y mirar sus respectivas relaciones de otro modo. La recién aparecida, Verónica, llegó con una buena lista de objetos sexuales y hasta propuso un trío a los otros dos concursantes. Al final, la actitud lanzada de la de Sevilla echó para atrás a Carlos, que acabó eligiendo a Maite. Un final feliz para un dúo que intentará continuar su relación fuera de la isla, ya con ropa.
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