Una hipotermia y la antitetánica: así fue el rodaje de pesadilla de «[REC] 4»
Manuela Velasco, protagonista de la saga, relata lo que supuso filmar en un barco y en la costa de Asturias en noviembre
« Este rodaje sí que ha sido una pesadilla de verdad ». Manuela Velasco volvió el pasado viernes a la gran pantalla encarnando, por última vez, a Ángela Vidal, la sufrida reportera protagonista de la saga de terror « [REC] », culminada con una cuarta entrega, « [REC] 4: Apocalipsis », que recupera las señas de identidad de la franquicia. Y cierta novedad que hizo que la actriz añorara los días de filmación en un edificio de Rambla Cataluña: en esta ocasion, el director, Jaume Balagueró , decidió trasladar la acción a un barco. Un auténtico barco pesquero.
[ Crítica de «[REC] 4» de Oti R. Marchante]
«Un barco no es un lugar para rodar», explica la intérprete en conversación con HoyCinema. «Los espacios son muy estrechos, no cabíamos en los pasillos, no podíamos entrar por las puertas, nos íbamos golpeando, estaba todo muy oxidado, todo cortaba . Teníamos que meternos cinco personas en un camarote y no se podía casi respirar, la atmósfera estaba muy cargada, con los restos del pescado».
Añádase, a esas circunstancias extremas, una película muy física, con persecuciones y peleas. «Te toca pelear con hombres, que son cuidadosos, obviamente, pero con la adrenalina, con esas superficies punzantes...». Velasco acabó visitando el hospital para revisar las contusiones que le dejaba el exigente rodaje. «Cuando la cosa se inflama, dices: "A ver si me he hecho un esguince" . Y te contestan: "No tienes nada, tienes una paliza encima".
Una valentía que no estuvo reñida con ciertas precauciones: «Me corté y sangré y estaba todo oxidado, así que el primer día me puse la antitetánica. Me corté con unas paredes, subía y me iba raspando. Y dije: "Nos va a venir bien tenerla por lo que pueda pasar"». Gajes del oficio de los que extae una lección: «Se trata de convivir con los límites de uno, del dolor, de la resistencia, de tu miedo».
Pesadilla en el agua
«Lo más gordo fue lo del agua», avanza la actriz. Se refiere al rodaje de las escenas del clímax del filme, que se llevaron a cabo el pasado mes de noviembre, en Asturias. « Con la camiseta blanca no podía llevar neopreno ni nada . Antes de meterme en el agua por primera vez, el hombre de Salvamento Marítimo que me llevaba en la zodiac me preguntó cuánto medía, cuánto pesaba, calculó la temperatura del agua y el ambiente y me dijo: "Te mueres en tres horas. En el momento en que te mojes, si no recuperas calor, en tres horas". Le dije: "Eso pasa en Titanic ". "Sí, pero en Titanic te mueres en dos minutos"».
En esas condiciones, le advirtieron, resultaba crucial que su temperatura corporal regresara a la normalidad. «Pero te pones a rodar, y aunque el equipo se preocupa y te ponen una manta, estás mojada. Ahí sí me empecé a encontrar mal, mal, mal. Tuve mucho tiempo la sensación de que no podía más. A eso de las 4 de la mañana tuve una hipotermia . Dijeron: "Corten". Yo ya no podía hablar. Tuvo que venir el Samur [se refiere a los servicios de emergencias] y me metieron en un sitio a recuperar calor».
Pero ahí no acabó su pesadilla: «Sabía que tenía que volver al agua, pero el peor trago fue para Jaume, que tenía que volver a pedírmelo, había que terminar la película. Yo lloré y le pedí por favor que no, le hice la escenita (ríe). Realmente no podía más, el cuerpo se me paró». Con el mal trago convertido en un recuerdo, Velasco hasta le ve el lado positivo: «Como experiencia es interesante, no tenemos esa oportunidad en nuestra vida a menudo. No es agradable pero es interesante llegar al límite». Y matiza: «Ahora nos reímos mucho pero fue dramática esa noche».
Sin preparación
Algo que echó de menos la actriz a la hora de afrontar un rodaje tan exigente fue el no contar con el tono físico adecuado. «Le dije a Jaume: "Por qué no me avisas, por qué tengo que venir, ver las cosas que tengo que hacer y pasarlo mal". Pero creo que es un acierto de la saga, que las personas no están preparadas físicamente. Ángela no es una heroína ni una deportista, es una chica encerrada que intenta sobrevivir». Balagueró llegaba al punto de hacerle repetir aquellas escenas en las que todo parecía demasiado sencillo en pantalla.
La cuarta entrega contó con una dificultad extra, más técnica. «En las anteriores había mucho plano secuencia [sin cortes] y se rodaba en orden cronológico. Aquí era plano, contraplano. Es muy díficil hacer una película con este nivel de tensión partiendo de cero cada vez que se decía "acción". En las anteriores la cosa iba creciendo, creciendo, y sucedían. Emocional y físicamente, esta película fue muy liosa de hacer».
Velasco retrata con pelos y señales esta pequeña odisea, pero no hay rastro de queja o de disgusto en sus palabras. «Ahora te digo que no, pero estoy segura de que si Jaume me llama para hacer lo que sea otra vez, volver a meterme en el agua en noviembre en Asturias, le diría que sí », asegura. Y matiza: «Pero creo que no será en "[REC]"».
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