La reportera de Alaska que vende marihuana enciende un porro en una entrevista

Charlo Greene, la reportera de una cadena de televisión de Alaska (KTVA, filial de la CBS en la localidad de Anchorage) que saltó a la fama por dimitir en directo, tras anunciar que es propietaria de un negocio de marihuana , el Alaska Cannabis Club, vuelve a sembrar la polémica. En esta ocasión, por enceder un porro durante una entrevista con HuffPost Live.

El momento en cuestión se produce hacia el final de la entrevista , cuando una acalorada Greene, porro en mano, afirma: «Voy a encenderlo ahora mismo. Estoy en la intimidad de mi casa y puedo hacerlo. Puedo encenderlo». Dicho y hecho, acerca el mechero y da una calada, para sorpresa de la entrevistadora.

Greene concedió la entrevista para explicar qué le llevó a protagonizar el sorprendente episodio, justo después de dar paso a una pieza informativa sobre su negocio. «Sabía que iba ocurrir uno o dos meses antes», confesó. «La bomba que empieza por "f" (en referencia a una expresión malsonante en inglés que pronunció), no la tenía prevista, pero todo lo demás estaba planeado». La cadena pidió disculpas de todas las formas imaginables: a través de su página web y con una intervención del director de informativos, Bert Rudman.

¿Por qué Greene dimitió en directo? «Para llamar la atención sobre una ley injusta. Para que los votantes de Alaska se despertaran, se enfadaran y vieran que tienen una oportunidad de cambiar algo, de cambiar nuestro mundo para mejor», explicó en alusión a la ley que se votará el próximo 4 de noviembre, y que podría permitir el consumo de marihuana para uso recreativo.

La reportera, que subrayó que «no lamenta lo ocurrido», salió al paso de las críticas que le han llovido por haberse saltado todos los códigos deontológicos de su profesión. «Tengo una licenciatura en Periodismo, sé que hay una línea que no debes cruzar, y desde el momento en que recibí mi licencia [para vender marihuana] no debería haber informado de ninguna historia sobre marihuana. Pero si hubiera ido a decirle a mi jefe: "Eh, he comprado esta empresa", me habrían despedido, punto. No estaba preparada para que ocurriera».