Polo a lomos de elefante, un deporte que pisa fuerte en Bangkok
Un torneo anual de diez equipos de famosos recauda fondos para asegurar el bienestar de estos animales, rescatados de la calle y de centros turísticos de Tailandia, que participan en proyectos dirigidos a niños autistas
El terreno de juego tiembla como si fuera sacudido por un terremoto cuando una manada de elefantes se lanza a la carrera durante el campeonato de Polo Kings Cup Elephant que se celebra estos días en Bangkok .
Fornidos exjugadores de rugby, elegantes modelos, filántropos y representantes de marcas exclusivas se suben a lomos de los paquidermos para conformar parte de la decena de equipos que disputa la competición , cuya final se disputó ayer.
«Es la primera vez que participo en el torneo. La verdad que imponen los animales y jugar a tanta altura del suelo. Prefiero jugar sin pensarlo mucho», declara el argentino Manuel Albizu, jugador de polo a caballo , quien dice que el deporte es «divertido».
Los animales, rescatados de la calle y centros turísticos en Tailandia por la fundación Triángulo de Oro, fueron bendecidos por monjes budistas y durante estos días son agasajados con copiosos banquetes de fruta.
Un equipo de veterinarios especializados en este gran mamífero miman a los elefantes antes del pitido inicial y durante los partidos observan a los animales que se turnan para descansar.
El Polo Kings Cup Elephant espera recaudar 1,2 millones de euros
«Durante el partido estoy más preocupado por si los animales se hacen daño que por mí mismo, aunque siempre observo el juego de lejos para no sufrir un percance», apunta John Roberts, veterinario de la fundación que actúa durante los encuentros como árbitro.
El torneo, que celebra este año la décimoquinta edición , se ha convertido en uno de los eventos de caridad más importantes del Sudeste Asiático y espera recaudar más de 46 millones de Baht (unos 1,3 millones de dólares o 1,2 millones de euros).
Los fondos son destinados a proyectos que ayudan a mejorar la vida de los elefantes salvajes y domesticados de Tailandia .
Además, este año parte de lo recaudado irá destinado a un proyecto pionero que utiliza elefantes como terapia para asistir a niños autistas .
Obedientes sobre el terreno de juego
«Los animales son tratados muy bien en los centros habilitados para ellos. Además no es una actividad muy dura para ellos y están acostumbrados a sus cuidadores, por eso obedecen las órdenes para moverse por el campo de juego», asegura Mahh, uno de los cuidadores de los elefantes.
Los jugadores tienen que hablar con el guía para dirigir al elefante
Sobre una explanada de césped de unos 100 metros de largo por 60 de ancho habilitada en la ribera del río Chao Praya , que cruza Bangkok, cada equipo pone en juego a tres elefantes montados por un guía o «mahout» y el jugador que golpea la pelota utilizando tacos de más de dos metros de longitud.
En cada juego, dos equipos se miden durante dos partes de siete minutos y gana el que logra anotar más goles en la portería contraria, parecida en tamaño y forma a los palos de rugby.
«Es completamente diferente al polo sobre caballo. Aquí, el ritmo de juego es más lento y los jugadores tenemos que hablar con el 'mahout' para dirigir al elefante. A veces cuando finalmente el animal se mueve, el juego ha cambiado totalmente. Es un poco frustrante», indica el suizo Michael Strasser.
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