Las áreas protegidas afrontan un futuro incierto en EE.UU. y en la Amazonía
Países como Brasil y Estados Unidos, que estuvieron en el pasado a la vanguardia de la conservación, encabezan ahora una tendencia global de reducción de las políticas ambientales
Países como Brasil y Estados Unidos, que estuvieron en el pasado a la vanguardia de la conservación, encabezan ahora una tendencia global de reducción de las políticas ambientales , según un artículo que publicó la semana pasada la revista Science.
Los cambios en esas políticas buscan alterar o eliminar legalmente el estatus de las áreas protegidas y disminuir el tamaño de zonas naturales de conservación establecidas.
Este estudio, en el que han participado investigadores de EE.UU., Alemania, Australia, Chile, Colombia, Guyana, Brasil, Francia, Bolivia y Venezuela , es el más completo hasta ahora sobre este proceso.
Las áreas protegidas cubren el 15% de la superficie terrestre y fueron creadas para preservar regiones naturales y su biodiversidad .
Si bien no siempre estos procesos de regresión, incluidos los que responden a peticiones de las poblaciones indígenas, son perjudiciales para la biodiversidad, la mayoría de los más recientes, que está relacionados con la autorización para extraer recursos a escala industrial , sí que lo han sido.
Los investigadores, encabezados por Rachel Golden Kroner, de la Universidad George Mason en Virginia (EE.UU.), estudiaron más de 200 años de procesos de degradación, reducción o remoción de áreas en las listas de conservación en todo el mundo, con atención especial a Estados Unidos y la Amazonía .
Los resultados muestran que más de dos millones de kilómetros cuadrados de áreas protegidas en el planeta han sido reducidas desde 1892, de los que el 78% lo han sido desde 2000.
Solo en EE.UU. el 90% de esos trámites se han iniciado desde 2000 y el 99% fueron para desarrollos a escala industrial.
Entre esos procesos, los autores mencionaron las propuestas del Gobierno del presidente Donald Trump para reducir en un 85% el área protegida de Bears Ears (Utah, EE.UU.) y en un 51% la de Grand Staircase Escalante (también en Utah).
El artículo también recordó la reciente decisión del Congreso estadounidense que permite la exploración de petróleo y gas en zonas protegidas del Ártico .
Estas medidas, señalaron los autores, tomadas por los Gobiernos de países muy influyentes podrían « animar a otros países a hacer lo mismo , amenazando gravemente las áreas protegidas en todo el mundo».
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