EDUCACIÓN AMBIENTAL
Retos de la educación ambiental para 2022
La adaptación curricular, la formación del profesorado, el trabajo en red y la concienciación constituyen importantes desafíos para el año que empieza
Ya está aquí 2022. Y como todos los comienzos de año toca agendar los planes, los desafíos. En materia de educación ambiental, con las vistas puestas en Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conviene perseverar en las tareas esbozadas en los últimos tiempos. Las distintas administraciones (estatal, autonómica y local), los centros escolares, los docentes y asociaciones implicadas ponen a punto sus estrategias.
El Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico y el Ministerio de Educación y Formación Profesional seguirán las pautas del Plan de Acción de Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PAEAS), documento estratégico de planificación que establece los objetivos y las líneas de acción en materia de Educación Ambiental para la Sostenibilidad a desarrollar entre 2021 y 2025. Algunas iniciativas serán puestas en marcha por los ministerios impulsores, pero otras recaen en distintos organismos. El propósito de todos los agentes relacionados con los procesos es que la educación ambiental sea una realidad educativa. Repasamos seis de los retos para 2022:
• Adaptación legislativa. Pasa por la Publicación de los nuevos Reales Decretos de enseñanzas mínimas por los que se establece el currículo básico de la EPO, ESO y Bachillerato. Los cambios legislativos tienen como meta generar transformaciones a nivel curricular en sintonía con los retos de la transición ecológica justa. En el horizonte se sitúa la incorporación del currículo educativo de las competencias para la sostenibilidad que favorezcan el logro de los ODS establecidos por la Agenda 2030. El Ministerio de Educación y Formación Profesional determinará los objetivos, competencias, contenidos, métodos pedagógicos y criterios de evaluación de cada una las enseñanzas reguladas en la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre. La comunidad educativa tiene que adecuarse a todos estos cambios.
• Guía para la educación ambiental. El Ministerio de Educación y Formación Profesional se compromete a elaborar un documento con orientaciones metodológicas para el tratamiento de la educación para el desarrollo sostenible y la educación para la ciudadanía mundial dirigido a docentes de centros educativos no universitarios. En la medida de lo posible todas las instituciones que tengan que ver con la educación ambiental deben hacer lo mismo.
• Formación profesional. Desarrollo de las competencias transversales dirigidas a la sostenibilidad en Formación Profesional. Toda la formación transversal sobre sostenibilidad incluida en Formación Profesional debe ser actualizada con cursos de especialización y certificados de profesionalidad para garantizar la adquisición del compromiso con el desarrollo sostenible de estudiantes y trabajadores participantes de las ofertas y grados de formación de Formación Profesional. El propósito es doble: adaptar el entorno laboral a la transformación ecológica y la contribución a la ecologización de los sectores productivos y de servicios.
• Formación del profesorado. Las estrategias educativas y las herramientas de la educación ambiental han de ser permanentemente revisadas. Los docentes precisan una formación continua, tanto por parte de la administración como por las organizaciones que promueven proyectos de esta índole. Estas acciones también incluyen la formación de los equipos directivos. Datos prácticos y recursos didácticos han de ser renovados por las fuentes y consultados con frecuencia por los profesores. Los distintos programas de formación serán habilitados según las necesidades del cambio.
La transversalidad de la educación ambiental debe presidir el currículo escolar. Asuntos como la emergencia climática, biodiversidad, alimentación, agua, contaminación, movilidad, conflictos ambientales, economía circular o energía no deben tratarse como contenidos adicionales. La formación debe aportar recursos didácticos para que los docentes puedan impartir los contenidos curriculares con una mirada ambiental.
Las distintas administraciones y los organismos implicados en la educación ambiental deben ofrecer herramientas a los profesores para la integración curricular de la educación ambiental, impulsar centros educativos sostenibles, favorecer la transformación ecológica y social del entorno más cercano y posibilitar intervenciones educativas que influyan en el conjunto de la comunidad. La proactividad de los docentes resulta de vital importancia para la consecución de los objetivos.
• Trabajo en red. Debe potenciarse la creación, desarrollo y consolidación de redes de centros educativos que incorporan la educación ambiental en su proyecto educativo, así como la creación de espacios de trabajo y foros de encuentro entre profesionales y expertos en relación con el medio ambiente.
• Concienciación. Labor de todos los agentes implicados es el aumento de la concienciación y la divulgación sobre los beneficios de la educación en la naturaleza. Un paso en este sentido lo ha dado el Ministerio de Educación y Formación Profesional con la publicación de una colección de Buenas Prácticas de Educación para el Desarrollo Sostenible. Todas las entidades tienen el deber de difundir las acciones y proyectos vinculados con la educación ambiental . Difundiendo el compromiso con el medio ambiente entre la ciudadanía se consigue promocionar un estilo de vida que favorezca un cambio de modelo social, económico y cultural. Cambiando los hábitos se protege al planeta.