GESTIÓN DE ECOSISTEMAS

Tiempos de rewilding

Plantea la renaturalización de zonas abandonadas para impulsar economías locales basadas en la naturaleza

Bisontes pastando libremente en una de las reservas que existen en España Benigno Varillas

Charo Barroso

Nunca ha sido más urgente la necesidad de restaurar los ecosistemas dañados. Prevenir, detener y revertir su degradación es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, principalmente los relativos al cambio climático, la erradicación de la pobreza, la seguridad alimentaria, el agua y la conservación de la diversidad biológica. Inmersos en la década de la Restauración, declarada por Naciones Unidas, las soluciones basadas en la naturaleza se vislumbran como el mejor camino para combatir dos grandes crisis que amenazan el planeta: la climática y la pérdida de biodiversidad. A ellas se suma ahora la sanitaria, que amenaza directamente al hombre. Entre esas soluciones basadas en la naturaleza cobra fuerza el rewilding o renaturalización . Diversas investigaciones afirman que la restauración de un tercio de las áreas más degradadas lograría almacenar carbono equivalente a la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas desde la revolución industrial y se evitarían el 70% de las extinciones de especies.

Despoblamiento rural

Doctor en biología y consultor ambiental, Deli Saavedra es uno de los mayores expertos en procesos de renaturalización. A día de hoy trabaja como rewilding manager en Rewilding Europe : « Necesitamos tener grandes ecosistemas resilientes con el mayor número de piezas que, en muchas ocasiones, la naturaleza no puede poner por sí sola y necesita de nuestra intervención. Pero a la vez, tenemos que relajarnos un poco y dejar que se gestione por sí misma» .

Saavedra conoce muy de cerca lo que es el despoblamiento rural, vive en un pequeño pueblo del Ampurdán con solo noventa habitantes: «El abandono de las tierras no es un problema español, se calcula que en Europa de aquí a 2030 afectará a 300.000 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a sumar las dos Castillas, Andalucía y Extremadura. Y ocurrirá queramos o no». Frente a ello, explica que el rewilding plantea renaturalizar estos grandes espacios abandonados, conservar sus ecosistemas favoreciendo la vuelta de especies, convirtiéndolos en sumideros de carbono y, a la vez, creando una economía basada en la naturaleza para que las poblaciones locales puedan seguir viviendo de nuevas actividades cuando se han perdido las tradicionales.

Uno de los grandes problemas que ha acarreado el éxodo rural ha sido la pérdida de la ganadería extensiva . Los herbívoros silvestres fueron reemplazados por herbívoros domésticos, pero cuando estos últimos desaparecen los terrenos se llenan de matorrales, se pierde heterogenidad en los ecosistemas y se degradan, siendo por ejemplo, la mecha perfecta para incendios forestales. L a recuperación de la herviboría es uno de los principales objetivos del rewilding , pero en referencia a la reintroducción de animales extintos como el bisonte, o los intentos de revivir al uro, Saavedra puntualiza « que no hay que poner el acento en un animal u otro, sino en su función ecológica, y no si es una vaca, un bisonte o un kulan ». Y aclara: «No se trata de volver un siglo atrás, o cincuenta o 5.000 años. No vamos a recuperar ecosistemas del pasado, primero por- que nadie quiere volver a vivir como hace trescientos años y por otro porque tenemos factores nuevos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad... pero esto no impide que podamos tener espacios naturales potentes beneficiosos para la naturaleza, la economía y la vida de las poblaciones locales. El rewilding mira hacia el futuro».

Existen ocho zonas en las que trabaja Rewilding Europe, ninguna, de momento, en España. «Nosotros no escogimos las zonas, sino que fueron las organizaciones de conservación de diferentes países las que se presentaron. Apoyamos con financiación, proyectos de reintroducción, dinamización de la economía... e intervenimos cuando surgen problemas. Con ello Saavedra se refiere a los posibles conflictos que puede suponer el regreso de grandes carnívoros como el lobo o el oso. «No los reintroducimos porque el abandono de las tierras está favoreciendo su vuelta natural a los territorios. Pero actuamos, por ejemplo, aumentando la población de ungulados salvajes para que sirvan de alimento. Además, también es importante la vuelta de los carroñeros como los buitres. Se trata de restaurar la cadena trófica y solucionar conflictos. La conservación a espaldas de la gente no funciona» , y añade: «El rewilding hay que probarlo y, aunque se necesiten años, vamos a demostrar científicamente que es positivo desde el punto de vista ecológico, económico y social», sentencia.

La despoblación favorece la WWF Ana Retamero

Mirada a España

Ingeniero de montes, experto en gestión de áreas protegidas y reservas de caza en el norte de España, Jordi Palau ha estado durante una década al frente del Parque Natural del Alto Pirineo y es autor del libro «Rewilding Iberia» en el que, a través de cerca de cuatrocientas páginas, explora las posibilidades de la renaturalización en España. Palau considera que hay un gran potencial en nuestro país pero falta concienciación y conocimiento de los beneficios que puede aportar. «Mucha gente piensa que consiste solo en liberar animales grandes y extintos para que los turistas vayan a verlo. Esta es una idea muy simplificada para algo que es mucho más complejo», puntualiza este experto quien, no obstante, precisa que «renaturalizar no es la solución a todos los problemas ambientales, ni es aplicable a todo el territorio. Debe entenderse como un complemento para alcanzar un escenario más amplio en la conservación de la naturaleza pero sin reemplazar lo que se ha hecho hasta ahora».

Como ingeniero de montes, Palau sabe bien lo que supone el abandono de la tierra fruto del éxodo rural que afecta a muchos territorios. « Como consecuencia de la despoblación y la disminución del pastoreo la tierra se cubre de bosques o matorrales monótonos muy propensos a incendios forestales. Y el cambio climático está empeorando esta situación. Existe un enorme potencial para recuperar el papel del fuego controlado y de los grandes herbívoros domésticos o silvestres, con los animales que pastan libremente, como los caballos salvajes y los bovinos, que ayudan a crear y mantener paisajes de mosaico ricos en biodiversidad y más resistentes a los incendios forestales».

Palau coincide con Saavedra en que estas tierras abandonadas plantean enormes desafíos socioeconómicos, pero también brindan nuevas oportunidades para regenerarlas mediante el desarrollo de economías basadas en la naturaleza de las que se beneficien las comunidades locales, que es algo imprescindible. Y recuerda que el rewilding no es dejar que el abandono de la tierra siga su curso sin intervención alguna, sino recuperar los procesos naturales que se han debilitado o, incluso, perdido.

Para ello considera prioritario evaluar la idoneidad de las zonas y los intereses de la población local y los propietarios de tierras aunque

Jordi Palau publica

puntualiza que «resulta poco probable que la mayoría de las áreas que susceptibles de renaturalización cuenten con el tamaño mínimo necesario, unas 20.000 hectáreas, para que los procesos naturales puedan recuperarse de manera completa». No obstante, también existen fincas privadas, más bien pequeñas en las que su aplicación está proporcionando resultados espectaculares.

Palau propone «complejos de renaturalización bioregionales» : extensos mosaicos de tierras formados por varias zonas núcleo de rewilding, situadas en los lugares socialmente más apropiados y por una matriz, en la cual l os usos del suelo fueran compatibles con esta renaturalización como la caza, la ganadería extensiva o el aprovechamiento forestal. Extensas zonas claves de restauración que con el tiempo puedan mejorar los grandes espacios naturales que ya tenemos.

Palau es optimista sobre la renaturalización en nuestro país: «Si aumenta la conciencia y el entendimiento social, si se establecen colaboraciones público-privadas, si hay apoyo de las comunidades locales y se entiende que beneficia tanto a la naturaleza como a las personas, el futuro del rewilding en España resulta prometedor».

Intentos fallidos y poca ciencia

Desde la Universidad de Copenhage, el macroecólogo David Nogués Bravo, rebaja el entusiasmo : «Hasta ahora ha sido más una narrativa sobre la protección de la naturaleza que una subdisciplina científica o una praxis con proyectos activos. Existen en realidad solo un puñado de proyectos activos basados en rewilding y hay muy poca ciencia evaluando la capacidad de estos proyectos para generar los beneficios que sus promotores claman ». Y considera «preocupante observar cómo se está asignando al rewilding tendencias positivas de la naturaleza que son en realidad el resultado de leyes, acciones y procesos socioeconómicos ocurridos en los últimos 40 años y basados en aproximaciones de la conservación más clásicas. Por ejemplo, la vuelta del lobo a muchos territorios de España y Europa no tiene nada que ver con ninguna estrategia de rewilding, son el resultado de legislaciones y planes para protegerlo y a sus hábitats durante décadas en conjunción con el abandono del campo y el éxodo hacia las ciudades».

En cuanto a la reintroducción de especies señala que en muchos casos el monitoreo de los individuos introducidos no se lleva a cabo durante el tiempo necesario para saber si se han creado poblaciones estables o si han tenido impacto positivo sobre el ecosistema. Y ejemplifica: «Podemos citar el corretronco pardo en partes de Australia o el oribi (un pequeño antílope) en partes de Sudáfrica. Además, debemos considerar el clima, así como otras características fundamentales de los ecosistemas, que están cambiando bruscamente por el calentamiento global hacia condiciones desconocidas, haciendo incluso más difícil anticipar cómo serán los ecosistemas que se pretenden mejorar con la introducción o reintroducción de especies».

Sus investigaciones se centran en determinar el estado de salud de la biodiversidad de la Tierra y en el desarrollo de una herramienta para observar la diversidad genética de los animales, y parte de su trabajo se centra en los impactos del cambio climático en especies de mamíferos árticos. «A principios del siglo XX, se llevaron bueyes azmilcleros desde Groenlandia a Svalbard (otra isla del Ártico donde no había pero con condiciones ambientales similares), a pesar de ello a mediados de los 80 murió el último ejemplar. Estamos ahora buscando los huesos para analizar, usando datos genéticos pero también ambientales y climáticos, por qué el buey almizclero no sobrevivió en Svalbard. Esperemos que nos ayude a tener una mayor visión de por qué la introducción de especies puede fallar incluso cuando se supone que debería funcionar». Y es contundente: « No considero que el rewilding pueda ser una estrategia adecuada para proteger la biodiversidad en España , es uno de los países europeos con más biodiversidad y tanto para su protección como para el desarrollo de la España vaciada, debemos tener una visión más amplia que la que propone el rewilding y basada en herramientas gestión testadas».

Mapeo de zonas

Desde el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad (iDiv) el investigador Néstor Fernández, ha estado trabajando en un sistema para identificar zonas prioritarias para el rewilding que sirvan de base de información para las políticas europeas de conservación de la biodiversidad. « Hay que superar la idea de que la restauración consiste en recuperar paisajes prístinos del pasado y centrarnos en conseguir un funcionamiento más natural de los ecosistemas aprovechando todas las oportunidades. Desde este punto de vista el rewilding podría realizarse en cualquier sitio, incluso en las ciudades », explica. Y pone como ejemplo la ciudad en la que vive, Leipzig, que cuenta con uno de los bosques urbanos más extensos de Europa. Un biótopo único que se extiende de norte a sur y en el que se han llevado a cabo acciones de renaturalización restaurando el régimen de inundación del bosque fluvial y restaurando su biodiversidad en pleno centro de la ciudad.

«Hemos usado técnicas de teledetección y modelado para mapear los cambios en el uso de la tierra en Europa para identificar en qué zonas hay oportunidades para realizar la restauración de ecosistemas a gran escala , sobre todo con el objetivo de conectar la Red Natura 2000» y precisa que «se trata más de una orientación de manejo y no simple- mente la identificación de áreas concretas». Este investigador explica que han desarrollado un mapa de integridad ecológica que recoge el estado de fragmentación de áreas naturales y seminaturales y la situación de su fauna. Un mapa que, señala, puede dotar a la Unión Europea de una gran herramienta a la hora de abordar planes de restauración, su impacto ambiental y qué cantidad de fondos podrían destinar. Además, considera que «proteger los ecosistemas naturales restantes y intensificar los esfuerzos para restaurar sus funciones es la mejor manera de implementar soluciones naturales que ayuden a abordar la conservación de la biodiversidad, el cambio climático, gestionar inundaciones, proporcionar beneficios para la salud humana o crear espacios para que la gente disfrute y apoye medios de vida de las personas que viven en esos ecosistemas». En este sentido, no duda de las oportunidades económicas que supondrá para las comunidades locales y augura un incremento de negocios relacionados con la naturaleza : «un indicativo de esta pujanza son los fondos dedicados al capital natural por el Banco Europeo de Inversión y que están siendo usados para emprender negocios de múltiple índole asociados a la conservación, restauración ecológica y renaturalización».

Gema Rodríguez, responsable del programa de Especies Amenazadas de WWF , coincide en la idea de que el rewilding es « una herramienta más, que puede ser la adecuada o no dependiendo de otros factores, pero dentro de otro abanico de acciones en las que hay que tener siempre en cuenta la concienciación y participación : «En Andalucía, dentro de un proyecto LIFE sobre el lobo, trabajamos para que se conozca la especie, en desmontar mitos o falsedades, para que cuando llegue de manera natural sea posible la coexistencia». Considera que, en ocasiones, el rewilding se ha centrado mucho en la reintroducción de especies, pero «se trata de recuperar ecosistemas, de todos sus procesos y, luego, se podrá producir la llegada o reintroducción de animales salvajes cuando las condiciones del hábitat sean las adecuadas». Y deja claro que «deberíamos tratar de conservar y de no perder las especies que tenemos y que se encuentran en peligro».

Liberación de

Teletrabajadores conservacionistas

De especies extintas sabe bien el naturalista, periodista, escritor y biógrafo de Félix Rodríguez de la Fuente, Benigno Varillas , quien trabaja -como él dice- «en recuperar lo libre» como la fauna primigenia europea: tarpanes, bisontes, uros... Convencido de las oportunidades económicas que el rewilding supone para las personas, aboga por dinamizar estos espacios naturales con una red de teletrabajadores conservacionistas . Su proyecto apuesta por «crear poblados o campamentos para estas brigadas internacionales de teletrabajadores con escuelas al aire libre en las que las nuevas generaciones crezcan en contacto con la naturaleza, con una enseñanza en inglés vía internet y común a todos los poblados», explica Varillas. Un rewilding unido a lo que se conoce como Biolítico : un cambio de paradigma que entronca con el Paleolítico, cuando los animales domésticos y el hombre eran seres libres, nómadas, integrados en el fenómeno evolutivo de la vida. Eso sí, ahora con toda la tecnología necesaria para enseñar estos espacios al mundo.

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