reciclaje

Innovación de alcantarilla

Millones de cucarachas son criadas para devorar los residuos orgánicos de ciudades de China

Charo Barroso

Habitan nuestro planeta desde hace 300 millones de años y su capacidad de adaptación no deja de soprender. Considerado uno de los insectos más resistentes, capaz de soportar la radioactividad hasta 6.400 rads -el ser humano solo aguanta 500-, los últimos estudios evidencian que, además, se está volviendo inmune a los insecticidas. Pero por si esto fuera poco, en China las han convertido en operarias de la economía circular.

La expansión de las ciudades está provocando auténticos problemas a la hora de gestionar la basura y para hacerles frente han ideado granjas de cucarachas. En la aldea de Shawan, poderoso ejércitos de insectos luchan contra los residuos urbanos. Allí se sitúa la sede de la compañía farmaceútica Shandong Qiaobin Agricultural Technology, hasta la que llegan cada día cerca de 50 toneladas de desechos de la ciudad de Jinan. A través de unos tubos son introducidos en oscuras naves del tamaño de dos campos de fútbol, donde más de 6.000 millones de cucarachas se mueven con libertad en busca de la comida que les llega. Gracias a un sistema de inteligencia artificial, el ambiente se mantiene cálido y húmedo para que no decaigan ni su apetito ni las ganas de reproducirse, y sean así capaces de eliminar los restos de materia orgánica que se les ofrece como manjar.

Crecen y engordan a base de basura durante unos seis meses y, después, cuando mueren, se convierten en pienso de alto valor proteínico para los cerdos. Una medida con la que el Gobierno chino hace frente a la práctica de alimentar a los animales de granja con residuos orgánicos, algo que ha venido provocando crecientes brotes de peste porcina africana. En declaraciones recogidas por Reuters, el presidente de la compañía farmaceútica que posee las granjas, Li Hongyi, señalaba que son una fórmula para «convertir los residuos en recursos».

En referencia a la posibilidad de que se escapen de las instalaciones de cría y provoquen enfermedades, aseguran tenerlo todo pensado: están rodeadas de tanques de agua donde hay peces que las engullirían.

Megabasureros

Con más de 1.400 millones de habitantes, China es uno de los países más contaminantes del mundo y de los que más basura genera. Solo Beijing produce unas 25.000 toneladas cada día. El problema es tan ingente que, por ejemplo, hace ya seis meses que el basurero más grande del país, el de Jiangcungou, con un tamaño equivalente a cien campos de fútbol, ya se llenó. Un dato que podría parecernos grave, pero que se vuelte tremendo si tenemos en cuenta que está al completo veinticinco años antes de lo previsto. Algunos, como el de Shenzhen, al sur del país, ha alcanzado los 160 metros de altura, una acumulación insostenible que provocó su derrumbe y que se cobró la vida de más de setenta personas. A ello había que sumar la basura de otros países que hasta ahora ha acabado en suelo asiático y que el país ha decidido prohibir. Una complicada situación y un gran problema para el que harán falta mucho más que ejércitos de cucarachas.

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