PROYECTO GO OLIVA
Huesos como envases
Investigan un nuevo material plástico sostenible para el envasado de productos del aceite a partir de huesos de aceituna

En nuestros campos crecen más de 250 millones de olivos y España concentra la mitad de la producción aceite de oliva del mundo. Un sector que, además de ofrecernos un alimento de propiedades únicas, acaba generando importantes residuos - de poda o como resultado del deshuesado del fruto- que deben ser gestionados.
Hasta ahora, este desecho se destinaba a valorización energética mediante incineración, pero Olipe, Olivarera de los Pedroches (Córdoba), y AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, han puesto en marcha el proyecto Go-Oliva que transformará este residuo en envases sostenibles para el propio aceite y sus derivados: tapones, platos, bandejas o envases de cremas cosméticas elaboradas con aceite de oliva.
Una aceituna contiene un 85% de pulpa y un 15% de hueso. En España, se generan cada año 360.000 toneladas de hueso de oliva, y aunque se aprovechan como utilización energética en biomasa, queríamos darle una vuelta de tuerca más y alargar su ciclo de vida», señala Juan Antonio Caballero, presidente de Olipe. Así, se incorporarán como refuerzo en materiales plásticos aplicados tanto en el sector del envase como en el menaje del hogar. Para acondicionar el hueso se despulpa, se limpieza exhaustiva, se seca y, finalmente es molido y tamizado en tamaño de entre unas 20 y 50 micras, consiguiendo una especie de harina. Y de ahí pasa a incorporarse a un nuevo material, que ha recibido el nombre de Oliplast, biodegradable, compostable y elaborado con materiales procedentes de fuentes renovables. « Un material ecológico compuesto por una carga o refuerzo natural procedente del hueso de la oliva y un material bioplástico . Una de las grandes ventajas de los productos obtenidos con Oliplast es que pueden ser gestionados al final de su vida útil como un residuo orgánico convencional», explica Belén Redondo, investigadora de Aimplas. Pero además, podrían ser utilizados como compost para abonar el olivar.
Calidad y resistencia
Las primeras pruebas han demostrado que « convertir los restos de hueso provenientes de la molturación en un elemento base para la fabricación de bioplásticos orgánicos , genera un producto de de alta calidad que sorprende por su resistencia en todos los usos en los que se ha probado: bandejas, platos, maceteros, vasos y recipientes de todo tipo», reconoce Caballero. C on Oliplast esperan proporcionar una interesante alternativa a productos de un solo uso o corta vida útil que requieren cumplir con la legislación y que en los últimos años están siendo objeto de estudio para minorizar su impacto ambiental. «Cualquier valor añadido que podamos obtener de los subproductos del olivar es bueno porque siempre va a contribuir a la economía de los agricultores, que es nuestro objetivo final como cooperativa», sentencia el presidente de Olipe.