RÍO PARAÍBA DO SUL

Brasil: Medio Ambiente pide ahorrar agua para gestionar la sequía que azota el sureste

Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais han firmado un acuerdo para beneficiarse del río que transcurre por los tres estados. Sin embargo, la situación hídrica es tan grave que los expertos vaticinan próximas «guerras» por el recurso

Brasil: Medio Ambiente pide ahorrar agua para gestionar la sequía que azota el sureste EFE

NATURAL

La sequía que está afectando al sureste de Brasil empieza a notarse con fuerza también en el estado de Río de Janeiro; dos de sus cuatro reservas de agua ya están en «nivel muerto», según ha informado el Operador Nacional del Sistema Eléctrico (ONS) en un comunicado, informa Europa Press.

El jueves pasado fue la mayor de las presas, la de Paraibuna, la que alcanzó la reserva técnica, y este domingo ha sido el turno de la presa de Santa Branca; cuyas aguas están en un nivel tan bajo que ya no sirve para generar energía eléctrica. Así pues, a la crisis hídrica se une la crisis energética.

Hasta ahora, Río de Janeiro contemplaba desde la distancia los problemas con la sequía de la vecina São Paulo, pero este mes de enero -tradicional época de lluvias- apenas ha llovido y las presas empiezan a secarse.

«La situación es crítica. Los embalses que aún no han llegado al límite están llegado», ha avisado la vicepresidenta del Comité de Integración de la Cuenca Hidrográfica del río Paraíba so Sul, Lúcia Teixeira, que a su vez ha pedido que se empiece a adoptar un «racionamiento serio», según recoge el portal de noticias UOL.

Una campaña conciencia a la población de Río de Janeiro para ahorrar agua

Sin embargo, las autoridades no están dispuestas a asumir el coste político que supondría cortar el suministro de agua en las casas de forma programada. El Gobernador del Estado de Río de Janeiro, Luiz Fernando Pezão, ya dijo el pasado viernes que el racionamiento no es necesario, pero que lanzaría una campaña de concienciación para que la población no desperdicie agua.

El río Paraíba do Sul es el responsable de que el agua potable llegue a 16 millones de personas del Estado de Río de Janeiro, pero se encuentra muy debilitado: las presas de Paraibuna y Santa Branca están en situación de «volumen muerto» y las otras dos no tardarán en estarlo si sigue sin llover, ya que la presa de Jaguari está al 1,72% de su capacidad y la de Funil al 3,75%.

Realización de obras

La ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixera, calificó de «sensible» y «preocupante» la situación hídrica que atraviesa el sureste del país y pidió a los ciudadanos que ahorren agua y energía, informa Efe.

«Lo que viene ocurriendo en el sureste es totalmente atípico. Los niveles de los embalses están por debajo de los del año pasado y por debajo de los registrados desde la década de 1930», afirmó Teixera durante una rueda de prensa celebrada en Brasilia el viernes pasado.

La titular de Medio Ambiente participó en una reunión con representantes de siete ministerios para analizar la situación energética e hídrica del sureste del país, donde los reservorios se encuentran en mínimos por la falta de lluvias antes del periodo de precipitaciones.

La ministra precisó que el abastecimiento de agua no compete al Gobierno federal, pero subrayó que se dará el apoyo necesario a los estados para la realización de obras que permitan el suministro de agua.

La gravedad de la situación no tardará en generar «guerras»

En este sentido, recordó que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, había autorizado incluir en el Programa de Aceleración de Crecimiento (PAC) las obras para abastecer el reservorio Cantareira, uno de los más importantes del estado de Sao Paulo y que se halla en mínimos históricos, a través del desvío del agua de la cuenca del río Paraíba. Aún así, la obra tardará año y medio en estar terminada, y la situación que vive Sao Paulo -y que Río de Janeiro empieza a sufrir- necesita de soluciones inmediatas.

Las obras estaban previstas para 2020, pero han recibido un empujón de urgencia gracias al apoyo del Gobierno Federal y a la alianza que sellaron a finales de noviembre los gobernadores de Sao Paulo, Río de Janeiro y Minas Gerais, los tres estados por los que transcurre el río y que se benefician de él.

Hasta ahora el trato entre los responsables de estos estados ha sido cordial y en un acuerdo firmado en Brasilia todas las partes se comprometieron a trabajar en base a un consenso. Sin embargo, los expertos apuntan a que la gravedad de la situación no tardará en generar «guerras» por el agua entre diferentes territorios.

Alrededor de 50 ciudades del estado de Minas Gerais ya han comenzado a establecer medidas de racionamiento de agua.

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