Nace el Grupo Español para el Crecimiento Verde
El Ministerio de Medio Ambiente y las grandes compañías españolas integran este foro de trabajo estable para el intercambio de información sobre cambio climático; de manera que surjan nuevas oportunidades de negocio y se refuerce la presencia de España en cumbres internacionales
Diseñar de manera conjunta planes de impulso para la economía vinculados a la mejora del medio ambiente es el objetivo que se han marcado el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) y las empresas que forman parte del Grupo Español para el Crecimiento Verde, cuyo primer foro se ha celebrado recientemente en Madrid.
La ministra Isabel García Tejerina, que clausuró el encuentro, mencionó las conclusiones del último informe del Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (IPCC) , donde los autores alertaban de impactos «graves» e «irreversibles» sobre la naturaleza y la sociedad. «Tenemos que reaccionar; estamos a tiempo de parar y revertir el proceso», incidió García Tejerina, que pasó a nombrar algunas de las medidas que ha puesto en marcha su Gabinete: los Planes de Impulso al Medio Ambiente (PIMA Aire, PIMA Sol, PIMA Empresa); los proyectos Clima (concebidos para marcar la senda de la transformación del sistema productivo español hacia un modelo bajo en carbono); la Hoja de Ruta con las 43 medidas presentadas para reducir el CO2 hasta 2020 en los sectores difusos (como el residencial y el del transporte, por ejemplo) o el Real decreto que crea el Registro único del sistema voluntario de cálculo de la huella de carbono.
«España cumplirá las obligaciones de Kioto I , y la compra de derechos de emisión ha sido el ultimo mecanismo al que se ha recurrido para cumplirlo». «Llevamos tres años trabajando muy duro para conseguir que la economía prospere, y la lucha contra el cambio climático va en la línea de la generación de empleo», aseguró la ministra. García Tejerina animó a las empresas a continuar su apuesta por la «prosperidad», pero mediante un «crecimiento bajo en carbono».
Inversiones
«Los inversores y analistas se preocupan por lo que hacemos las compañías en materia de cambio climático al percibirlo como un riesgo», comentó Valentín Alfaya, director de Calidad y Medio Ambiente del Grupo Ferrovial . Fernando Becker Zuazua, director de Recursos Corporativos del Grupo Iberdrola , aprovechó la ocasión para pedirle a la representante del Gobierno un «marco estable a medio y largo plazo que permita realizar inversiones racionales», así como la existencia de un «modelo energético eficiente, competitivo y asequible que no genere tensiones».
Luis Castilla, consejero delegado de Acciona Infraestructuras , habló sobre los retos futuros asociados al aumento demográfico: «La población se va a concentrar en las ciudades; sobre todo, en aquellas situadas en las zonas de costa, las más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático –como sequías e inundaciones-». Cómo se planteen las inversiones, las acometidas y el mantenimiento de las infraestructuras y la satisfacción de las necesidades energéticas será clave para que la descarbonización de la economía pase de utopía a realidad, manifestó Castilla.
«Las empresas tenemos que concienciarnos sobre lo vulnerables que somos ante el cambio climático y debemos acostumbrarnos a medir y reportar la huella de carbono que nuestras actividades imprimen al medio ambiente. De modo que sepamos desarrollar productos y servicios sostenibles y rentables», argumentó Juan Béjar Ochoa, consejero delegado del Grupo FCC , que puso como ejemplo «la recogida de residuos en localidades con camiones eléctricos» o «la obtención, en lugar del consumo, de energía durante la depuración de aguas residuales gracias a microalgas».
Eficiencia energética
En el primer foro del Grupo Español para el Crecimiento Verde también participaron miembros de centros de enseñanza y organismos públicos, como la Oficina Española de Cambio Climático, .cuya directora, Susana Magro, anunció en primicia la contribución de España con 120 millones de euros al Fondo Verde para el Clima, el instrumento financiero con el que la comunidad internacional busca alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático.
El camino hacia una economía baja en carbono es tanto una cuestión física como de valores, en palabras de Gonzalo Escribano, director del programa de Energía y Cambio Climático del Real Instituto Elcano . «Hoy existen dos tipos de narrativas en contraposición, la que promueve Estados Unidos, a favor de los combustibles fósiles y no convencionales, y la sostenibilidad que promulga la Unión Europea (UE) para combatir el cambio climático», explicó Escribano. «La UE no tiene por qué dejarse ganar la batalla: tiene que convencer a los otros actores internacionales de que el suyo es el modelo energético adecuado», manifestó el economista. «Y para resultar convincentes el Ejecutivo comunitario tiene que alinear valores e intereses». La imagen verde favorece a España en el exterior, consideró el experto: «fomenta el turismo, beneficia a las empresas, sitúa al país en el mundo y en los organismos internacionales».
«No hay una sola fuente de energía capaz de resolver el problema por sí sola», arguyó Mariano Marzo, catedrático de Estratigrafía de la Universidad de Barcelona . Durante su intervención, al igual que otros ponentes, se mostró a favor de potenciar las energías renovables y autóctonas: aminoran los problemas derivados de una posible falta de abastecimiento o subida de los precios. «Sin olvidar en el mix a la nuclear y los fósiles, de los que España es muy dependiente; aunque priorizando a los más limpios». En su opinión, no basta con reducir la intensidad en energía y carbono, también hay que capturar –de forma natural o mediante secuestro- el CO2 que se libera a la atmósfera.
Para este profesor de Recursos Energéticos y Geología del Petróleo la eficiencia constituye la mejor arma contra el cambio climático: «Es el combustible invisible». Marzo invitó a los asistentes a usar la tecnología –la «eficiencia»- y la cabeza –«modificar el chip volviendo al ahorro que imperaba en la época de nuestros padres»-.