Tomando las medidas a los envases

El llamado «ecodiseño» ha logrado reducir el peso de los envases de uso doméstico un 17 por ciento desde 1999

Tomando las medidas a los envases ABC

ARACELI ACOSTA

En una dieta tan importante son los kilos que nos quitamos como la calidad de los alimentos que ingerimos. Algo parecido ocurre con el diseño de envases: tan importante es aligerar su peso como la calidad del material con el que han sido fabricados y del que al ser reciclados se obtendrá un nuevo material o producto. En los últimos años las compañías han trabajado intensamente en la adopción de medidas de ecodiseño con el objetivo de que los envases que ponen en el mercado reduzcan su impacto ambiental y sean cada vez más sostenibles. Aunque los cambios de ecodiseño han sido progresivos y a veces imperceptibles, si los sumamos todos, los resultados son visibles en las estanterías de los supermercados. Los envases son hoy un 17% más ligeros que en 1999.

En algunos casos estos cambios en los envases vienen precedidos de innovaciones en el propio producto que contienen; como en los detergentes, en los que su concentración ha llevado a que los envases «encojan» casi a niveles insospechados, al destierro de los tradicionales tambores de detergente en polvo y al nacimiento de personajes publicitarios como «la gota» de un conocido lavavajillas concentrado. En otros, el cambio de material lleva a aligerar el envase.

Las latas de refresco se han aligerado un 35 por ciento

Es el caso de las latas de conserva, explica Teresa Sebastiá, responsable de Servicios a Empresas de Ecoembes , la entidad que gestiona la recuperación y el reciclaje de envases. «Solo cambiando la tapa de hojalata por una de aluminio estamos reduciendo el peso, además de facilitar el manejo del envase», explica. Ahora abrir una lata de conserva es tan sencillo como tirar de una película de aluminio superfino, y la llave giratoria necesaria para abrir algunas latas y que venía adosada a éstas o el tradicional abrelatas son ya casi cosa del pasado. También están desapareciendo las botellas de aceite de base circular, que se sustituyen por las de base cuadrada, que permite un mejor aprovechamiento del espacio en su transporte, haciéndolo un 20% más eficiente.

Los envases que han sufrido mayores transformaciones en estos años son los de agua -el formato de 1,5 litros ha reducido su peso un 17%-, los de bebidas refrescantes -la lata de aluminio de 33cl se ha aligerado un 35%- y los yogures líquidos, que pesan un 25% menos que en 1999.

Desde Ecoembes, dice Sebastiá, «ayudamos a las empresas a identificar qué oportunidades de mejora hay en sus envases». Los tres ejemplos anteriores son medidas cuantitativas, orientadas a la reducción del peso, pero también las hay cualitativas, como incorporar materia prima reciclada en los envases, algo que están haciendo ya las empresas de aguas. Así, en 2012 Font Vella sacó su botella de 1,5 litros con un 20% de material reciclado, mientras que Lanjarón empieza a utilizar en sus garrafas un material procedente de la caña de azúcar.

La innovación y «el espíritu puro del ecodiseño» deben abarcar hasta la última fase de vida del producto, explica Sebastiá, teniendo cuidado en que sea también fácilmente reciclable. En este sentido, los envases negros o muy oscuros no pueden ser detectados por las máquinas de infrarrojos que separan los envases cuando llegan a las plantas de selección de residuos. «Tan importante es que el consumidor lleve el envase al contenedor como que las características de éste permitan que pueda ser correctamente reciclado», insiste.

Ahorros ambientales

Al final, con todas estas medidas las empresas se está ahorrando del orden de 30.000 toneladas al año de materia prima. Desde Ecoembes explican que a las empresas «les compensa por los ahorros que obtienen, pero también en el liderazgo de marcar tendencia y posicionarse con respecto a sus competidores, por eso algunos informan en los propios envases de las medidas de ecodiseño que están tomando, porque el consumidor lo valora y lo demanda».

En total, en los años 2012 y 2013 (dentro del V Plan Empresarial de Prevención 2012-2014 puesto en marcha por Ecoembes) se han desarrollado 6.542 medidas de prevención, lo que supone un ahorro de 54.000 toneladas de materia primas; evitar la emisión de 134.000 toneladas de CO2 equivalente; el ahorro de 1.260.000 Mw/h de energía y de 6,8 millones de m3 de agua. Por tanto, a la máxima de que el mejor residuo es el que no se genera, habría que añadir ahora «y el que mejor se piensa».

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