16 DE OCTUBRE
Día Mundial de la Alimentación: La malnutrición se combate con educación
Y con intervenciones complementarias en los sistemas alimentarios y la sanidad pública, señala Naciones Unidas
Hoy, 16 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Naciones Unidas ha escogido el lema «Alimentar al mundo, cuidar el planeta» para 2014. Los actos que se realizarán en los distintos países que participen del festejo pondrán el acento sobre el papel de los pequeños agricultores, cuyo desempeño «ayuda a conseguir la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición mientras se protege el medio ambiente y se ordenan los recursos naturales», señala la FAO .
La malnutrición, en todas sus formas (tanto la carencia de nutrientes como la obesidad), impone costos económicos y sociales elevados a todas las naciones, subraya el organismo de la ONU para la Alimentación y la Agricultura en su último informe . «La función tradicional de la agricultura para la producción de alimentos y la generación de ingresos es fundamental». Pero el sistema alimentario en general (desde los insumos hasta el consumo, pasando por la elaboración, el almacenamiento, la distribución y la venta de los bienes) puede «contribuir en mayor medida» a la erradicación de la malnutrición, zanja la FAO.
Las intervenciones médicas, tales como los suplementos vitamínicos, pueden servir para afrontar carencias de nutrientes específicos. Sin embargo, nunca podrán sustituir por completo las ventajas nutricionales más amplias que ofrece un sistema alimentario que funcione bien, matiza la FAO. El organismo se lamenta, al mismo tiempo, de que «muchos investigadores concluyen en sus análisis» que las políticas relativas a los sistemas alimentarios «rara vez» tienen como principal objetivo la nutrición. Un error, en su opinión, dado que «las intervenciones en la agricultura resultan, en general, más eficaces cuando se combinan con educación sobre nutrición».
Sistemas de agricultura integrada
Indudablemente, el crecimiento de la productividad agrícola contribuye a mejorar la nutrición: aumentan los ingresos —en especial en aquellos estados en los que el sector representa una gran proporción de la economía y el empleo— y se reducen los precios de los alimentos para todos los consumidores. No obstante, conviene no olvidar que el efecto de este crecimiento de la productividad agrícola es «lento» e «insuficiente» para causar una rápida reducción de la malnutrición. Por ello, las prioridades en materia de investigación y desarrollo agrícola también deben prestar atención a los alimentos ricos en nutrientes (frutas, hortalizas, legumbres) y de origen animal. Y se debe, asimismo, fomentar la diversificación de la producción de los pequeños agricultores (proponiéndoles sistemas de agricultura integrada, p.ej.).
Recuerda también que en última instancia tú determinas lo que comes y, por lo tanto, lo que el sistema alimentario produce. Un consejo: decántate por una dieta saludable que incorpore alimentos variados y nutritivos; que evite el desperdido y contribuya al uso sostenible de los recursos naturales. Los gobiernos, las organizaciones internacionales, el sector privado y la sociedad civil pueden ayudar a los consumidores a tomar decisiones más respetuosas con el medio ambiente proporcionando, sugieren desde la FAO, «información clara y precisa en las etiquetas de los productos, a través de campañas de sensibilización o promocionando huertos en escuelas y hogares», entre otras acciones.