MITIGACIÓN DEL CAMBIO CLIMÁTICO
El pastoreo es la actividad clave en la transición hacia la economía verde
Según un informe conjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
El pastoreo -la acción de llevar los ganados al campo y cuidar de ellos mientras pacen- aporta enormes beneficios a la humanidad y debería apoyarse puesto que supone un elemento clave a nivel global en la transición hacia la economía verde, según un estudio hecho público por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
El pastoreo sostenible -que se puede desarrollar en múltiples y complicados ecosistemas, como pastizales en desiertos, bosques y estepas- mantiene la fertilidad del suelo y el carbono que éste almacena, contribuyendo, además, a la regulación del agua y a la conservación de la biodiversidad. También provee de otros bienes importantes, como alimentos.
«A medida que nuestro mundo se mecaniza e industrializa en busca del progreso es más fácil olvidarse de lo mucho que hemos aprendido del pastoreo: la mejor de las maneras posibles de alcanzar los compromisos que implica la economía verde; mejor que cualquier otro método moderno de criar el ganado», dice Achim Steiner, director Ejecutivo de Pnuma.
El pastoreo lo practican más de quinientos millones de personas. Sin embargo, pese a los beneficios que la actividad reporta, no se ha invertido lo suficiente en su fomento, por lo que se ha deteriorado el estilo de vida en muchos países en vías de desarrollo. «Hay que revertir dicho declive y convencerse del potencial económico del pastoreo. Pero para ello se necesita establecer un marco de trabajo global que lidere el cambio», detalla el informe.
En España, la trashumancia a través de antiguos corredores naturales permite la conectividad de los hábitats y permite que las ovejas, por ejemplo, transporten valiosas semillas e insectos. En Australia, por su parte, el pastoreo ha permitido mantener a raya invasoras especies herbáceas que estaban perjudicando a las poblaciones de un tipo de wallaby incluido en la Lista Roja de la UICN como amenazada.
Las tierras dedicadas al pastoreo cubren cinco mil millones de hectáreas en todo el mundo: secuestran entre 200-500 kilos de carbono por ha al año. Mejorar la gestión que se hace de ellas podría suponer el secuestro de 409 millones de toneladas de dióxido de carbono, alrededor del 10% de las emisiones antropogénicas.
Conectar los mercados domésticos e internacionales de los mercados de ganado para integrar el pastoreo en la corriente principal de desarrollo es fundamental. Pero para ello hay que capitalizar los beneficios medioambientales derivados del pastoreo y buscar nuevos nichos de negocio. Al tiempo que se fortalecen los derechos de propiedad y gobernanza sobre los recursos de estas tierras, recomiendan los expertos que firman el análisis.