La nueva «normalidad climática» afectará, sobre todo, a América Latina y el Caribe

Las personas «más pobres y vulnerables del mundo» sufrirán, «más que nadie», las olas de calor y otros fenómenos meteorológicos extremos nunca vistos, «o por lo menos no en centenares de años», señala el Banco Mundial

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NATURAL

Aprovechando que la XX Conferencia de las Partes (COP20) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) se está celebrando en Lima (Perú), el Banco Mundial ha presentado en la cumbre el capítulo dedicado a América Latina y el Caribe de su informe «Bajemos la temperatura III: cómo hacer frente a la nueva realidad climática», preparado por el Instituto Potsdam para la Investigación sobre Impacto Climático y Análisis Climático.

«El informe confirma lo que los científicos vienen diciendo —las emisiones pasadas nos pusieron en un camino de calentamiento que durará las próximas dos décadas, algo que afectará más que nada a las personas más pobres y vulnerables del mundo», dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial durante su intervención en la COP20. «Ya podemos observar temperaturas sin precedentes a un ritmo cada vez más frecuente, un mayor nivel de lluvias en ciertos lugares y regiones propensas a la sequía volviéndose más secas».

En la región de América Latina y el Caribe, en concreto, las olas de calor extremo y patrones de lluvia cambiantes tendrán un efecto negativo sobre la productividad agrícola, regímenes hidrológicos y la biodiversidad.

En Brasil, y sin adaptación adicional, los rendimientos de los cultivos podrían reducirse hasta en un 70% para la soja y hasta en un 50% para el trigo, en caso de un calentamiento de dos grados centígrados para el año 2050.

La acidificación de los océanos, el aumento del nivel del mar, los ciclones tropicales y los cambios de temperatura afectarán las formas de vida costera, el turismo, la salud, la seguridad alimentaria e hídrica, particularmente en el Caribe.

El derretimiento de los glaciares supone un peligro para las ciudades andinas. Los efectos económicos, sin hablar del sufrimiento humano, podrían ser agudos.

Para el año 2050, y bajo un escenario de cuatro grados centígrados, las inundaciones costeras podrían generarle a la región de América Latina y el Caribe pérdidas por alrededor de 22.000 millones de dólares, entre daños de infraestructuras y tormentas y pérdidas de turismo.

«Sin embargo, los gobiernos de la región están a la vanguardia en lo que respecta a invertir en adaptación al cambio climático y también en el establecimiento de políticas para intentar mitigarlo, tal como estimular el uso de energía renovable, que ayuda a reducir las emisiones de carbono y a evitar que el mundo se caliente más allá del límite de dos grados centígrados», mencionó Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. «Innovaciones como la agricultura climáticamente inteligente ayudarán a la región a gestionar los riesgos climáticos y asegurar la seguridad alimentaria, promoviendo el potencial de América Latina y el Caribe como "granero" del mundo».

La nueva «normalidad climática» afectará, sobre todo, a América Latina y el Caribe

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