INFORME DE LA EFSA
La UE recomienda controlar los envíos de plantas para evitar la propagación de una peligrosa bacteria
Un reciente brote de Xylella fastidiosa detectado en olivos al sur de Italia, el primero en el continente, ha activado las alarmas
Desde que la bacteria Xylella fastidiosa, transmitida por ciertos tipos de insectos chupadores, fuera identificada en 8.000 hectáreas de olivos en la región de Puglia (Italia), la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) , a petición de la Comisión Europea, ha trabajado para atajar el problema. Su último informe, publicado esta semana, concluye que la forma más eficaz de limitar su propagación consiste en controlar los movimientos de plantas de vivero para nuevas plantaciones y la presencia de insectos vectores.
No hay registro de la erradicación exitosa de X. fastidiosa una vez que se ha establecido en exteriores. Por lo tanto, la EFSA recomienda que las estrategias preventivas para contener los brotes deben centrarse en los envíos de plantas.
El brote detectado al sur del país transalpino se ha convertido en el primero en la Unión Europea. La bacteria, además, también se ha encontrado en adelfas y almendros próximos a los olivos afectados.
Hasta ahora, el área principal de distribución de la X. fastidiosa se restringía al continente americano, abarcando un amplio rango de latitudes: desde Canadá, en el norte, hasta Argentina, en el sur; pasando por Estados Unidos, México, Costa Rica, Venezuela, Brasil y Paraguay. En algunas zonas la bacteria está tan extendida que no es posible su erradicación. En otras existen restricciones ambientales que, de momento, están impidiendo su tendencia a expandirse.
Fuera de América, más allá de la UE , se conoce la presencia de la X. fastidiosa en Taiwán, donde causa problemas en perales y viñas. Se sabe que la bacteria provoca varias enfermedades de importancia económica principalmente en cultivos leñosos como viñas, cítricos, diversos frutales de hueso, café y ornamentales. Hasta el momento del brote en Italia, el olivo no había sido considerado entre sus principales hospedadores.
La X. fastidiosa se transmite de forma natural de unas plantas a otras con la ayuda de insectos vectores, sobre todo cicadélidos y cercópidos, hemípteros chupadores que se alimentan del xilema (tejido leñoso de las plantas vasculares); obstruyendo el flujo de savia bruta (agua y sales minerales). La especificidad entre la bacteria y el vector suele ser muy baja, explican desde la Junta de Andalucía , por lo que prácticamente cualquier especie de cicadélido o cercópido puede ser vector potencial de la bacteria. Los vectores, sin embargo, solo actúan como dispersores eficientes a corta distancia.
La X. fastidiosa se considera un organismo nocivo en la UE, por lo que la introducción y propagación de material vegetal afectado con esta bacteria está prohibida en los Estados miembros.
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