COP 12; COREA DEL SUR
La acidificación de los océanos puede acarrear un billón de dólares en pérdidas cada año hasta finales de siglo
Un informe de Naciones Unidas insta a las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica a tomar medidas «urgentes»
La economía global podría perder más de un billón de dólares cada año hasta finales de siglo si los países no toman medidas urgentes para detener la acidificación de los océanos, según un informe lanzado por las Naciones Unidas en la XII Conferencia de las Partes del Convenio sobre Diversidad Biológica, que se celebra hasta el 17 de octubre en Pyeongchang (República de Corea).
La acidificación del océano, que se ha incrementado en un 26% desde los datos registrados en la era pre-industrial, es un proceso causado por el aumento de las emisiones humanas de dióxido de carbono. Cuando el CO2 entra en el océano, reacciona con el agua del mar, produciendo ácido carbónico, incrementando la acidez del agua.
La acidificación del océano produce una reducción de la cantidad de iones carbonato en el agua. Muchos animales marinos necesitan estos iones para el carbonato cálcico indispensable en la formación de sus esqueletos y conchas. La menor presencia de ellos afectará su desarrollo y su capacidad de reproducción, llegando a suponer un peligro para sus poblaciones. Entre las especies más inminentemente amenazadas están los corales, cangrejos, langostas, almejas y ostras.
La disminución de especies menos conocidas, como los pterópodos (pequeños caracoles marinos conocidos como las «patatas del océano»), tiene un efecto importante a niveles más altos de la cadena alimentaria. Los pterópodos, por ejemplo, suponen una importante fuente de alimentación para muchos tipos de peces, ballenas y pájaros de las regiones polares y subpolares.
También preocupan a los expertos los efectos de la acidficación en los corales, ya de por sí altamente sensibles al entorno, puesto que un cuarto de todas las especies marinas depende de los arrecifes de coral como refugio, guardería, fuente de alimentación y área de desove.
«Para que los océanos vuelvan a la normalidad, las concentraciones de dióxido de carbono tendrían que estabilizarse en 350 ppm o menos. Esto supone una reducción de las emisiones globales en un 80-90% antes de 2050. Solo podremos conseguirlo con un cambio a gran escala de combustibles fósiles a fuentes de energía alternativas (eólica, solar)», explican desde la organización internacional de conservación marina Oceana , que hoy ha hecho público el nombremiento de Lars Gustavsson como nuevo vicepresidente y director ejecutivo para Europa.