Así son y funcionan los radares anti-frenazo de la DGT
La velocidad inadecuada o excesiva es factor concurrente en uno de cada tres accidentes mortales en las carreteras españolas

La Dirección General de Tráfico (DGT) lucha cada día para reducir los excesos de velocidad y los accidentes de tráfico provocados por esta infracción contra la seguridad vial . Por este motivo, está probando en Navarra los nuevos radares anti-frenazo, un tipo de cinemómetros que nace ante la necesidad de frenar el comportamiento de los conductores en carretera ya que son muchos los que reducen la velocidad cuando saben dónde están localizados los radares en cascada y, tras pasarlos, vuelven a acelerar .
Desde Pyramid Consulting explican este «procedimiento»: «En lugar de colocar el dispositivo después del radar fijo, se coloca unos metros antes del punto de control. De esta manera, el radar registrará la velocidad real a la que circula un vehículo, sin que haya frenado previamente para adecuarse a las indicaciones de la vía».
Este nuevo tipo de radar se une a los más de mil operativos que tiene la DGT para vigilar la velocidad en las carreteras , repartidos en autopistas, autovías y carreteras convencionales. En total, tiene controlados como peligrosos en torno a 1.500 tramos, lo que significa un total de alrededor de 25.000 kilómetros de nuestra red de carreteras. Más de cerca, se trata de cerca de 600 radares fijos, 62 de tramo, más de 500 móviles -que van cambiando de ubicación-, 60 velolaser y 12 Pegasus.
Concretamente, en función de su colocación , estos son los distintos tipos de cinemómetros:
- Pórticos : Estos equipos suelen ser radares propiamente dichos: una antena emite una señal, esta «rebota» contra el vehículo en movimiento y regresa a la antena. La variación producida en la frecuencia de la onda permite al radar calcular la velocidad del vehículo en ese instante. Son equipos automáticos, no precisan operador.
- Postes : En su mayoría son del tipo radar, pero también los hay del tipo láser. Ubicados en el lateral de la vía.
- Cabinas laterales : Pueden ser radares y cinemómetros láser. Estos últimos «disparan» varios haces de luz transversales a la calzada. Cuando un vehículo en movimiento los interrumpe, el dispositivo calcula su velocidad. Ambas tecnologías pueden controlar varios carriles en un mismo sentido de la circulación.
- Vehículos : Instalados en vehículos patrulla, son operados por agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de las policías locales, y pueden ser utilizados tanto en estático como en movimiento.
- Trípode : Situados en el margen la vía y operado por agentes.
- De tramo : Constan de dos o más cámaras de visión artificial con sincronismo horario. Situadas en ambos extremos de un tramo de carretera de varios kilómetros, reconocen las matrículas de cada vehículo al principio y fin del tramo y calculan su velocidad media, sancionando a los que superan el límite de tramo. Este tipo de radares registran velocidades medias mantenidas, no puntuales. Desde 2015 también operan en carreteras secundarias. Actualmente hay 62 radares de tramo operativos.
- Pegasus : Doce helicóteros equipados con el radar «Pegasus» vigilarán este verano las carreteras desde el aire, en coordinación con los Centros de Gestión y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. El año pasado, los helicópteros de la DGT realizaron 3.370 horas de vuelo de vigilancia, controlaron a 67.400 vehículos y detectaron cerca de 20.000 infracciones, las más frecuentes fueron los excesos de velocidad, pisar marcas longitudinales continuas y no mantener la distancia de seguridad entre vehículos. Respecto a las denuncias por velocidad, la máxima captada por un Pegasus fue a 263 km/h. En todo el año, 120 vehículos fueron detectados circulando por encima de 200 km/h.
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