La revolución tecnológica del taller: dos días de espera reducidos a menos de tres horas

Una intervención que en el año 1989 requería de dos días de espera, 50 minutos al teléfono y 6 horas de mano de obra; se haga ahora en el día, con 4 minutos al teléfono y 150 minutos de mano de obra.

S. M.

En 1989 las tareas de un taller aún no se habían complicado demasiado y los coches de los clientes son más o menos sencillos. Cuando un cliente llega con un coche con embrague con volante bimasa, el profesional de la reparación tiene que llamar a la tienda de recambios y localizar el despiece de este embrague, lo que supone 20 minutos al teléfono. En uno o dos días tendrá las piezas en su taller. Cuando llegan, se pone manos a la obra, pero hay que buscar algún manual que le indique cómo hacerlo. Ese manual todavía no existe, por lo que hay que volver a llamar a la tienda para conocer los pares de apriete adecuados.

Resultado de toda la operación: dos días de espera, 50 minutos al teléfono y 6 horas de mano de obra para una intervención que el servicio oficial realiza en 3 horas.

Gracias a soluciones tecnológicas como las desarrolladas por Schaeffler, hoy en día el taller independiente puede cubrir las necesidades de un parque compuesto por vehículos más complejos y realizar una reparación en los mismos plazos que un servicio oficial. Cuando llega un cliente con un vehículo equipado con volante bimasa, ahora el operario solo necesita introducir el modelo del vehículo en una tablet se localiza en unos segundos la solución de mantenimiento, que incluye todo lo necesario para una intervención adecuada. Para pedir la pieza al proveedor solo hay que saber la referencia, y en el mismo día se puede tener el RepSet DMF. Antes de que llegue, se puede descargar el manual, confirmar si hay alguna información de servicio o si es necesario emplear alguna herramienta especial. Y además, Schaeffler ofrece asistencia técnica con una sola llamada de teléfono.

Resultado: no hay ningún problema para sustituir ese elemento en los 150 minutos estimados para esta intervención . El ahorro de tiempo y la calidad de la reparación son mucho mayores.

De cara al futuro, las nuevas soluciones pasan por emplear gafas de realidad aumentada . Estas gafas proyectan imágenes sobre la visión real, por ejemplo, al apretar una tuerca, el sistema proyecta el par de apriete idóneo; o al sustituir un elemento, se van mostrando los pasos a seguir y otras informaciones de apoyo. Y a través de las gafas, el profesional de la reparación puede contactar con un técnico de soporte remoto para resolver dudas en tiempo real, con la ventaja de que ambos estarán viendo exactamente la misma imagen real de ese elemento mecánico.

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