BMW restaura el coche de Elvis Presley

En 1958 Elvis Presley cumplía el obligatorio servicio militar en Bad Nauheim (Alemania Occidental). Desde allí viajó al sur de Francia, donde vio correr al piloto alemán Hans Stuck al volante de un BMW 507 Roadster (sólo se hicieron 245 unidades) en el Autodrome de Linas-Montlhéry. El Rey del Rock and Roll, fanático de los coches (tuvo 200 de todo tipo), se enamoró al instante del deportivo y lo adquirió unos meses después.

De hecho, tuvo dos, uno originalmente de tonalidad blanco pluma propidad de Stuck, con el que éste corrió cuatro veces y que Elvis acabó pintando en rojo.

También le modificó el motor (el cambio, manual, era de 4 marchas), instalando un 3.2 V8 de 150 CV más acorde con el gusto americano.

Por cierto, que un error de contrato le puso a sus mandos no como propietario, sino como arrendatario...

Se dice que, en realidad, Elvis quería un Porsche 356 Spyder, más rápido y deportivo, pero que su elevada demanda, ya por entonces, le obligaba a esperar más de lo que quería, y de ahí la solución del 507. Por cierto, que para la firma de la hélice no pudo suponer mejor marketing: las fotos en blanco y negro en la galería de imágenes y sobre estas líneas se corresponden con una estudidada entrega de llaves...

Y del todo a la nada, porque tras la muerte del cantante y actor aquel coche también desapareció de escena, ¡y de qué modo! El caso es que hace ahora dos años, la división de clásicos de BMW se puso manos a la obra para restaurar un vehículo que había sido literalmente abandonado en una granja (véase galería de imágenes sobre estas líneas); todo apunta a que su actual propietario lo quiere en su mejor versión.

El hecho es que, a estas alturas, el renacido 507 Roadster está rejuvenecido y listo para mostrarse ante el público, lo que sucederá el próximo 21 de agosto en el Concours d’Elegance de Pebble Beach. Para hacers a la idea, unidades similares, pero sin el valor histórico y sentimental de ésta, se han subastado entre 2,1 y 2,3 millones de euros...