Merkel ve en la prohibición de los diésel «una estrategia correcta»

Fuentes cercanas al gobierno alemán admiten que se barajan fechas como 2030 para limitar el uso del diésel, pero solamente como ideas a valorar después de las elecciones generales del próximo mes de septiembre

Angela Merkel, durante un mitin de campaña AFP

Rosalía Sánchez

Metida de lleno en campaña, los mensajes de Angela Merkel sobre el futuro del diésel han entrado en circuito de curvas. Por una parte, conminó ayer a los fabricantes de automoviles alemanes a denunciar «sin excepciones» los «fallos» que han cometido y a resarcir a los afectados, para que no sean estos los que acaben pagando las consecuencias. Por otra, ha reconocido en una entrevista que Alemania deberá seguir los pasos de los demás países europeos y prohibir con el tiempo los coches diésel en sus carreteras, dando a entender que esta tecnología tiene los días contados.

Estas declaraciones en la revista Super Illu responden a la creciente presión sobre las compañías del sector por el uso fraudulento de software para esconder las emisiones, y y a la posibilidad, ahora investigada, de que durante más de una década los principales actores de esta industria en Alemania actuasen como un cartel. «No quiero nombrar un año específico [sobre la prohibición]», ha dicho Merkel, pero admite que los planes de Reino Unido y Francia de prohibir paulatinamente estos coches «es la estrategia correcta».

Los fabricantes alemanes acordaron recientemente en la denominada «cumbre del diésel» la actualización de 5,3 millones de automoviles con el objetivo de disminuir la contaminación y reparar la reputación de esta industria. Los propietarios de coches diésel de las normativas Euro 1 a Euro 4 recibirán ayudas de hasta 10.000 euros por la compra de uno menos contaminante.

Fuentes cercanas al gobierno alemán admiten que se barajan fechas como 2030 para limitar el uso del diésel, pero solamente como ideas a valorar después de las elecciones generales del próximo mes de septiembre. Y en todo caso, la oposición económica es muy fuerte jporque el sector del automóvil emplea en este país a unas 800.000 personas de forma directa. Su transformación es tema de campaña y Daimler ha reconocido que es provable una segunda “cumbre del diésel” entre los ministros y los principales directivos de empresas, en la que abordar los “problemas de futuro”.

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