Los inconvenientes de aparcar el coche debajo de un árbol
La sombra de un árbol es un lugar idílico para estacionar tu vehículo en verano, pero puede traer malas consecuencias, en forma de excrementos de pájaros, frutos maduros y resinas pegajosas
La sombra de un árbol es un lugar idílico para aparcar en verano. pero puede traer malas consecuencias, en forma de excrementos de pájaros , frutos maduros y resinas pegajosas sobre nuestro parabrisas, elementos todos ellos difíciles de limpiar . De hecho, si pretendemos limpiarlo en casa, debes humedecer una toalla con agua y algún jabón o producto de limpieza doméstico, y dejarla actuando durante la noche. Para manchas muy acusadas se puede utilizar un poco de bicarbonato de sodio en un paño de microfibra, según Carglass .
Eso sí, cabe recordar que los productos repelentes de lluvia para el parabrisas resultan muy útiles en verano y en estos casos, pues consigue que los insectos y la suciedad se adhieran menos al cristal, facilitando su limpieza. Pero si terminamos con muchos insectos estampados contra el parabrisas, hay que usar los limpiaparabrisas con regularidad para no comprometer la visibilidad, evitar que los restos de los insectos se sequen y dañar las escobillas . Y si esto no es suficiente, hay que parar en una estación de servicio para limpiar el parabrisas a fondo lo antes posible.
Por otro lado, los coches estacionados cerca la playa suelen acabar cubiertos por una fina capa de polvo y arena. Al salir de la playa no hay que activar los limpiaparabrisas, ni tampoco los elevalunas, que podrían dañarse y rayar los cristales. La respuesta de manual sería limpiar el coche con aire y agua a presión, algo que en el mundo real es casi imposible de hacer. Lo que sí se puede hacer es llevar en el coche una garrafa llena de agua, para retirar la mayor parte de la arena de los cristales y conducir con seguridad antes de acometer una limpieza más profunda.
Por estos motivos, en verano hay que estar muy atentos al nivel del limpiaparabrisas , ya que lo usamos más que nunca por el polvo y los insectos. Esto hace que se gaste rápido y podamos quedarnos sin él, justo cuando más lo necesitemos. Además, es una creencia errónea pensar que las escobillas de los limpiaparabrisas de cambian cuando llegan las lluvias, tras haberse 'secado' en verano con el calor. Las escobillas hay que cambiarlas cuando agotan su vida útil, sea la época del año que sea. Un barrido con el parabrisas lleno de polvo e insectos, y unas escobillas desgastadas, son sinónimo de quedarnos a ciegas al volante.
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