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La Historia, a través de los ocho Rolls-Royce Phantom

A finales de julio, la exposición de Rolls-Royce llamada «Los ocho grandes Phantom» reunirá a los representantes que ha dado esta estirpe de vehículos a lo largo de 92 años

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A finales de julio, en el barrio londinense de Mayfair, la exposición de Rolls-Royce llamada «Los ocho grandes Phantom», reunirá a los más nobles representantes que ha dado esta gloriosa estirpe de vehículos a lo largo de los últimos 92 años. La exposición servirá para dar la bienvenida a la nueva generación de uno de los artículos de lujo más conocidos del mundo. A lo largo de las ocho próximas semanas, Rolls-Royce irá anunciando cuáles serán los Phantom que viajen a Londres desde todos los rincones del mundo, y aprovechará la circunstancia para relatar la historia de estas obras de arte del motor y los acontecimientos históricos que presenciaron. El primero de ellos será el «Phantom Fred Astaire I».

«Los ocho grandes Phantom»

Phantom I
Phantom I

Desde el nacimiento de la marca, allá por 1925, un Rolls-Royce Phantom ha sido testigo de algunos los momentos más cruciales de la historia, desde la firma de tratados a grandes encuentros internacionales, pasando por los acontecimientos históricos que han definido el mundo tal como lo conocemos hoy.

EL Phantom, vehículo elegido por los hombres y mujeres más poderosos del mundo durante 92 años, ha sido testigo silencioso de momentos irrepetibles, como la recepción de los Beatles en Buckingham Palace, el encuentro entre Churchill y Eisenhower con el mariscal Montgomery al volante o la llegada de las superestrellas a la ceremonia de los Premios Óscar.

Su condición de marca viva de coches más antigua del mundo es fiel testimonio de su importancia para los líderes de innumerables generaciones, de cabezas de estado a generales, pasando por estrellas del rock o la gran pantalla y grandes magnates de la industria.

Phantom II
Phantom II

En conmemoración de este legado sin precedentes —una historia que sigue redactándose aún hoy en día—, Rolls-Royce reunirá a los más célebres representantes de las siete generaciones anteriores de este emblemático vehículo en la exposición «Los ocho grandes Phantom», a partir del 27 de julio de este año.

Varios Phantom que han sido propiedad de los más grandes personajes regresarán desde las cuatro esquinas del mundo a la morada espiritual de Rolls-Royce —y verdadero centro mundial del lujo—, el barrio londinense de Mayfair, para un acontecimiento histórico sin precedentes, organizado para celebrar la llegada de la octava y más moderna generación del «mejor coche del mundo», el nuevo Phantom.

Phantom III
Phantom III

A lo largo de las ocho próximas semanas, Rolls-Royce irá anunciando de uno en uno qué famosos Phantom viajarán a Londres para la exposición, una ocasión que promete ser un nuevo y glorioso capítulo en la fabulosa historia de la marca.

La primera de estas emblemáticas historias será la del «Phantom Fred Astaire I», prestado a la exposición por su propietario, el museo Petersen de Los Ángeles.

Rolls-Royce Phantom: «El mejor coche del mundo»

Rolls-Royce comenzó a fabricar el Phantom I en 1925. Su desarrollo se llevó a cabo en el máximo secreto, bajo el nombre en clave de «Eastern Armoured Car» (coche blindado para oriente). Esto sugería que Rolls-Royce pretendía producir un vehículo similar a los que habían utilizado grandes personajes de la Primera Guerra Mundial, como Lawrence of Arabia.

Phantom IV
Phantom IV

Con el fin de confundir a los fabricantes de la competencia, ávidos de conocer los secretos del «mejor coche del mundo», alrededor de la fábrica se dejaron intencionadamente planchas de blindaje metálico.

El Phantom I fue un éxito instantáneo. Su nuevo motor de seis cilindros en línea de 7,668 l le otorgaba una viveza inusitada. Cuando General Motors abrió un circuito de pruebas en Michigan, descubrió que ningún coche podía completar dos vueltas —alrededor de trece kilómetros en total— a plena aceleración sin dañar la parte del motor donde los pistones se unen al cigüeñal. Sin embargo, el Phantom I, en una demostración de consumada dominancia, era capaz de hacer eso, y mucho más, a más de 120 kilómetros por hora sin fallo alguno.

El sueño de sir Henry Royce, expresado por él mismo como «coger lo mejor del mundo y mejorarlo», desembocó en la creación del Phantom II en 1929, un vehículo con un chasis totalmente nuevo, que facilitaba de manera significativa la conducción, así como un motor rediseñado.

Phantom V
Phantom V

El siguiente Phantom, tercera generación de la saga, sería el último proyecto de sir Henry Royce, quien falleció en 1933 a la edad de 70 años, casi un año después de iniciarlo. El modelo definitivo, con un inigualable motor de 12 cilindros, se presentó dos años después, y su producción se prolongó entre 1936 y la Segunda Guerra Mundial. El chasis definitivo se completó en 1941, aunque, debido al conflicto, no recibiría la carrocería hasta 1947. No se anunció reemplazo alguno, como si el Phantom fuese una víctima más de la conflagración.

Pero, en 1950, apareció el Phantom IV. Originalmente, iba a ser un modelo único para el príncipe Felipe y la por entonces aún princesa Isabel. Sin embargo, en cuanto se dio a conocer, 17 familias reales y cabezas de estado de todas partes del mundo encargaron otros tantos vehículos. El nuevo Phantom, con un motor de ocho cilindros en línea, ofrecía un rendimiento fabuloso a baja velocidad —algo fundamental para un vehículo que debía participar en desfiles ceremoniales— y llevaba la versión arrodillada del celebérrimo ornamento del capó, el Espíritu del Éxtasis.

Phantom VI
Phantom VI

El Phantom V se produjo entre 1959 y 1968 y las 516 unidades que se fabricaron son buena prueba del arrollador éxito de este modelo, que contó entre su clientela con personajes tan notables como la Reina Madre, varios gobernadores de Hong Kong, el rey Olav de Noruega o John Lennon.

La dilatada carrera del Phantom VI (1968-90) prolongó la conexión regia de la marca, muy especialmente a través del Silver Jubilee, una versión con capota que la industria del motor regaló en 1977 a la reina Isabel II con ocasión sus bodas de plata en el trono y que alcanzaría gran notoriedad durante la boda de los duques de Cambridge.

En 2003, un mundo expectante recibió con asombro la llegada del Phantom VII, una flamante afirmación del renacimiento de Rolls-Royce en su nuevo hogar de Goodwood, West Sussex.

Phantom VII
Phantom VII

El vehículo aunaba una pujante modernidad con la atemporalidad que le confería el respeto a la característica estética del Phantom. Construido en la Home of Rolls-Royce, un nuevo centro de excelencia y tecnología punta, contaba con un motor V12 de 6,75 l y 453 caballos, capaz de pasar de 0 a 100 en 5,9 segundos, y con todas las comodidades que podía desear una nueva y experta generación de consumidores de lujo. La exquisita atención al detalle que demostraba su diseño, perceptible incluso en toques como los paraguas revestidos de teflón o los centros de ruedas con sistema de enderezado automático, convenció sobradamente a un público curioso de que el futuro de la marca estaba en buenas manos. La producción del Phantom VII cesó trece años después, a finales del 2016.

La exposición «Los ocho grandes Phantom» de Rolls-Royce será la primera ocasión en que tan excepcional grupo de obras de arte del motor se reúnen bajo un mismo techo. Todos los Rolls-Royce Phantom son coches extraordinarios, pero, debido a su noble pedigrí, cada una de las piezas de esta colección, conducida en algún momento por un individuo famoso y testigo de primera mano de la historia del mundo, resulta especialmente singular por sí misma.

Phantom VIII
Phantom VIII
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