La frenada automática se convierte en una de las ayudas más eficaces para evitar accidentes
El 31% de los automóviles vendidos en España en 2017 equipaba sistemas de frenada automática de emergencia; y el 30%, ayudas al mantenimiento del carril
Los sistemas avanzados de asistencia a la conducción, o ADAS, posibles gracias a más de una veintena de sensores, cámaras y radares incorporados a los coches , tienen la capacidad de reducir a medio plazo hasta un 25% la siniestralidad.
Los automóviles modernos equipan cada vez más sistemas de asistencia a la conducción ADAS , que incrementan notablemente la seguridad activa y suponen los primeros pasos hacia una conducción completamente autónoma.
Su coste económico puede elevar el precio del vehículo entre 500 y 30.000 euros, dependiendo de su sofisticación . Ernesto Nava, director de la Escuela RACE de conducción , destaca que tienen potencial y capacidad de salvar vidas y evitar daños graves, pero insiste en que «solo son sistemas que minimizan los riesgos, no los anulan», por lo que el conductor debe mantener la siempre la atención en la carretera.
En España, prácticamente uno de cada tres automóviles nuevos vendidos en 2017 equipaba frenada automática de emergencia y ayuda al mantenimiento del carril , dos de los sistemas que se han mostrado más eficaces en la reducción de accidentes. Este porcentaje es similar al de países como Francia e Italia, pero inferior al de Bélgica o Alemania que tienen el 54 por ciento, según los datos de un estudio de Bosch y JATO).
La DGT ha estimado que si todos los automóviles equiparan estas ayudas a la conducción, se evitarían o reducirían las consecuencias de un 57% de los accidentes en España.
Además de salvar vidas y reducir el número de heridos , esta disminución de la siniestralidad tendría un fuerte impacto económico. Según datos de la DGT , el coste directo de accidentes fue de 9.600 millones de EUR en 2014, más de un 1% del PIB nacional. Teniendo en cuenta el impacto que en otros países ha tenido la reducción de los accidentes gracias a estos sistemas de seguridad, se podrían ahorrar hasta 4.300 millones de euros al año.
Por otro lado, el aumento previsto de la presencia de estos sistemas en el parque automovilístico va a producir una reducción significativa de l as reclamaciones a los seguros por siniestros de automóvil. Y también se producirán otros fenómenos, como una posible reducción de las cuotas del seguro a los tomadores cuyos automóviles equipen estos sistemas. Así sucede, por ejemplo, en Israel, donde la prima del seguro puede bajar hasta un 40% en función de las características de seguridad del vehículo.
ADAS y el parabrisas
Los sistemas ADAS necesitan de “ojos” y sensores que detecten todo lo que sucede alrededor del coche y recojan la información, para luego actuar en consecuencia y ayudar al conductor a tomar decisiones con la mayor seguridad posible . Esos “ojos” y sensores disponen de unas capacidades y limitaciones debido a su tecnología y naturaleza. Solo la combinación de la información aportada por todos ellos -denominada fusión de sensores- por parte del “cerebro” del automóvil, produce un reconocimiento fiable del entorno.
La inmensa mayoría de las cámaras de los sistemas ADAS están montadas en el parabrisas, según informa Carglass . Cuando se sustituye un parabrisas, hay que desmontar las cámaras del cristal roto y montarlos en el nuevo. Una vez instalados, estos sistemas han de ser recalibrados para asegurar que funcionan con la máxima precisión y proporcionan la información correcta a los sistemas de seguridad.
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