Del filtro antipartículas al embrague: los fallos en tu coche al circular a bajas velocidades
La DGT establecerá la velocidad máxima en zonas urbanas en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera en 20 km/h, una reducida velocidad que puede suponer fallos mecánicos

La Dirección General de Tráfico (DGT) ha establecido nuevos límites a la circulación en zonas urbanas . Según el documento que reforma el Reglamento de Circulación, que según fuentes de Interior consultadas por ABC será aprobado por el Consejo de Ministros esta misma semana, la velocidad máxima en zonas urbanas en las vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera se reducirá de 50 hasta los 20 kilómetros por hora . Las infracciones a estas normas serán consideradas como graves, con sanción de 200 euros, salvo que tengan la consideración de muy graves, que aumentará la cifra hasta los 500 euros, también con pérdida de entre 2 y seis puntos del carné de conducir.
Según los informes que maneja la DGT, la reducción de la velocidad en las zonas urbanas tiene un efecto directo en la reducción de la siniestralidad , sin que como efecto negativo se produzca un ralentización del tráfico . En este sentido argumenta este organismo que «los vehículos a motor en sus desplazamientos urbanos no superan velocidades medias que, en los centros urbanos, sean generalmente superiores a los 20 km/h». Unos datos avalados por el informe presentado el pasado viernes en Bilbao, que desde el pasado 22 de septiembre es la primera ciudad del mundo de más de 300.000 habitantes en la que la velocidad de los vehículos quedó limitada a un máximo de 30 kilómetros por hora en la totalidad de sus calles. Según el concejal de Movilidad y Sostenibilidad de Bilbao, Alfonso Gil , «en comparación con el pasado año se han reducido los accidentes ya que de 13 atropellos en 2019 se ha pasado a 4 en 2020, pero se han registrado más accidentes con daños materiales, de 74 a 85. Hay más accidentes de chapa y menos heridos porque los vehículos chocan a menos velocidad ».
No obstante, los expertos subrayan la negativa mecánica de circular a estas velocidades tan bajas. El experto de Autocasión , Rubén Fidalgo , detalla que estos límites afectarán «al nivel de eficiencia del coche, que serán más altos ya que estás circulando en primera y segunda, los rangos que más consumen»; y que los mayores problemas se pueden dar en los coches diésel , por problemas en los filtros antipartículas».
Filtros
«En concreto, puede aparecer un exceso de hollín de la combustión, que tapona rápidamente los filtros antipartículas, obligando a aumentar el número de ciclos de regeneración de los mismos. Esto dispara el consumo de combustible, ya que en esos ciclos se producen post-inyecciones para quemar la ceniza del filtro y limpiarlo. Dichas post-inyecciones, además de aumentar considerablemente el consumo (lo cual ya va contra el sentido de este estilo de conducción), provocan un lavado de las paredes de los cilindros; al perder lubricación, se desgastan rápidamente. Además, ese exceso de gasóleo acaba bajando al cárter y mezclándose con el aceite, degradándolo rápidamente. Hay que tener en cuenta que un filtro FAP puede costar (en los modelos que llevan en un mismo módulo el FAP y el catalizador NOx) entre 4.000 y 5.000 euros, mucho más que todo lo que haya podido ahorrar en combustible el propietario. Este problema afecta especialmente a los vehículos diésel empleados en un uso urbano, ya que el motor nunca suele funcionar por encima de 2.000 rpm», explica.
Eso sí, resalta que circular a 20 km/h para los coches híbridos y eléctricos «son todo ventajas, ya que lo que van a conseguir es mucho menos consumo y unas autonomías mayores ».
Asimismo, Mar Calderón , directora de Infotaller , determina que «el coche sufre mucho más en ciudad», y en el caso de los vehículos diésel, el ya mencionado filtro de partículas, «y el embrague, que al circular en entornos urbanos constantemente, aumentan las probabilidades de que falle». Y el embrague del coche es una de las piezas que mayor desembolso implica, que se encarga de transmitir la potencia del motor hasta la caja de cambios, permitiendo, y realizar el cambio de marchas a la vez que absorbe las sacudidas de la transmisión. Además de ser uno de los componentes más importantes del vehículo también es uno de los que más averías sufre .
«Para detectar posibles averías en el embrague hay que prestar atención a los ruidos que se producen al embragar, pues pueden indicarnos qué es lo que está fallando. La sustitución del embrague y su instalación es un proceso complicado , y su precio oscila, dependiendo del modelo del vehículo, desde los 500 hasta los 1.300 euros », manifiesta.
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