De las esferas analógicas a las marchas o el volante: lo que desaparecerá del coche en los próximos años
Elementos hoy clave, como la transmisión o incluso el volante, desaparecerán en en no mucho tiempo, al igual que las esferas analógicas -tacómetro y velocímetro- que algunas marcas ya han comenzado a abandonar

El coche que conocemos hoy posiblemente no tendrá nada que ver con el que utilizaremos para desplazarnos en los próximos años. Elementos hoy clave, como la transmisión o incluso el volante, desaparecerán en en no mucho tiempo, al igual que las esferas analógicas -tacómetro y velocímetro- que algunas marcas ya han comenzado a abandonar, en especial en el segmento premium, sustituyéndolas por pantallas de alta definición.
Repasamos a continuación algunos de los elementos clave que podrían desaparecer de los vehículos en el futuro, fruto del cambio de sistemas de propulsión -combustión por electrificación- o de los avances técnicos y tecnológicos.
1

Esferas físicas
Su desaparición ya se está produciendo. Cada vez más modelos, en especial de alta gama, han optado por sustituir el tacómetro y el velocímetro fijos por pantallas de alta definición configurables al gusto del usuario. Es el caso de Mercedes, que ya ha extendido esta tendencia, que inició con el Clase S, a su compacto Clase A como opción.
Otros fabricantes, como Porsche, optan por integrar una pantalla en las esferas físicas, combinando tradición y posibilidades de personalización.
2

Caja de cambios
El cambio de marchas es parte del sistema que transmite el empuje del motor a las ruedas. De diseño complejo y, habitualmente, voluminoso, los vehículos eléctricos que comienzan a poblar nuestras carreteras no la necesitan
La explicación la ofrecen desde el blog de Renault Corriente Eléctrica , donde detallan, primero, por qué la necesita un coche de combustión, y segundo, por qué no la necesita un eléctrico.
«El rango de velocidades en el que el motor trabaja bien es muy estrecho en comparación el rango de velocidad que debe desarrollar un vehículo», explican. «A un vehículo le exigimos que sea capaz de circular entre 5 y 180 Km/h, por tanto le estamos pidiendo que circule a una velocidad hasta 36 veces mayor que la velocidad mínima. Sin embargo el motor térmico por sí solo, únicamente es capaz de multiplicar unas 6 veces su velocidad mínima útil porque su rango va sólo de 1.000 a 6.000 revoluciones por minuto aproximadamente, por poner un ejemplo de un motor habitual de gasolina.
La consecuencia de esto es que si sólo tuviéramos una marcha, algo que ocurre en caso conducir marcha atrás, nuestro coche apenas superaría los 30 Km/h porque llegaríamos muy pronto a la velocidad máxima del motor. Es la misma razón por la que un niño pedaleando en un triciclo es incapaz de superar cierta velocidad, por suerte, pues sencillamente las piernas tienen un límite de velocidad de movimiento. Por eso para cubrir toda la gama de velocidades del vehículo necesitamos 4 ó 5 relaciones de transmisión que multipliquen de forma escalonada la relación entre las velocidades del motor y de las ruedas.
Otra razón que hace necesaria una caja de cambios es que cuanto más larga sea la relación de cambio, menos fuerza puede transmitirse a las ruedas. Es por esto que hay situaciones en las que el motor no tiene suficiente fuerza con marchas largas como cuarta o quinta, como para subir una fuerte pendiente y hay que reducir de quinta a cuarta o tercera, si no queremos que decaiga demasiado la el motor a unas revoluciones en las que no tiene apenas fuerza, por debajo de 1.500 rpm.
Por último, el motor térmico, por su naturaleza, sólo puede girar en un sentido por tanto necesitamos un sistema en la transmisión que invierta el sentido de giro de las ruedas motrices, ya que el motor no puede girar al revés: este sistema es el de marcha atrás.
Pero si es un motor eléctrico el que anima un vehículo no necesitamos cambio de marchas, veamos las tres razones análogas a las que hemos descrito para el caso del térmico:
Primera que el motor eléctrico tiene un rango de velocidad de giro muy amplio, más que suficiente para cubrir el rango de velocidad de un vehículo normal sin cambiar de marcha. Si hacemos la misma cuenta que con el térmico, el motor eléctrico puede multiplicar más de doce mil veces su velocidad mínima útil, ya que esta va de 0 a 12.000 rpm. Puede sonar extraño, acostumbrados al motor térmico, decir que un motor puede funcionar bien ya a velocidad cero pero es así y, es más, enlazando con la segunda razón, estando el motor parado ya es capaz de entregar su máxima fuerza, por ello un eléctrico nunca nos va a “pedir reducir marchas” porque cuando más despacio vayamos, más fuerza tiene.
Como resultado de lo expuesto, un motor eléctrico podemos decir que sólo tiene una velocidad, que sería la equivalente a la quinta de los térmicos y que, además no necesita embrague ni mecanismo de marcha atrás ( se consigue mediante un inversor de corriente)».
3

Volante y pedales
El coche totalmente autónomo llegará a mediados de la década de 2020, y los avances que harán posible su aterrizaje cada vez se suceden con mayor rapidez. Prácticamente todos los fabricantes se han lanzado a desarrollarlo con esa fecha como objetivo.
Denis Le Vot, vicepresidente de Nissan, explicaba recientemente que vehículo autónomo y eléctrico son dos conceptos que van de la mano. «Conducir un vehículo eléctrico es más fácil, y también es más sencillo introducir en él tecnologías de conducción autónoma», explicó, poniendo como ejemplo al Leaf. «El motor eléctrico permite adaptar se forma muy precisa a la velocidad del vehículo precedente. Además, los componentes son más pequeños, el motor, la transmisión, lo que permite que haya más espacio en el habitáculo, gracias también a unas baterías muy planas en los bajos».
Al margen de ello, un vehículo autoconducido dejará de requerir elementos hoy básicos como un volante o los pedales de aceleración y freno, algo que los fabricantes podrían optar por suprimir para aumentar el espacio y el confort interior.
4

Sistema de iluminación
¿Para qué voy a necesitar luces si el vehículo conducirá por mí? Esta filosofía puede conducir a la desaparición de los sistemas actuales de iluminación, y los ingenieros de los grandes fabricantes ya están trabajando en ello.
«Las luces ya no son para ver, sino para comunicarnos, y lo importante es que lo que comuniquen sea claro y sencillo, y que lo puedan entender niños y adultos en todo el mundo», explicaba recientemente a ABC César Muntada , jefe mundial de luces y ruedas de Audi A. G.
Muntada es el responsable del innovador sistema de iluminación Matrix ya incorporado en varios modelos de la marca, que puede iluminar durante decenas de metros sin deslumbrar al resto del tráfico, creando zonas de sombra donde están los demás vehículos a la vez que muestra el resto del trazado. Muntada muestra algunos de sus últimos avances, aplicados en los dos últimos prototipos de la firma de los cuatro aros, el Elaine y el Aicon.
«El Elaine tiene un nivel 4 de autonomía –puede circular solo, pero únicamente en áreas acotadas–, por lo que aún necesita luces que nos ayuden a conducir. Sus faros emiten 1,3 millones de píxeles y se reflejan en 700.000 microespejos, que desvían la luz y permiten, por ejemplo, pintar un paso de cebra en el suelo, o proyectar la anchura del coche para ver si pasamos por un estrechamiento», explica Muntada. «En el Aicon, que es totalmente autónomo, las luces ya no son para ver, sino para comunicar. El coche nos dice lo que está haciendo y lo que va a hacer, como acelerar o frenar. También puede indicar zonas de peligro a otros vehículos, desde delante o desde detrás, porque aún ni siquiera sabemos en qué dirección irá el coche autónomo».
5

Freno de mano
Se trata de un elemento cada vez menos presente en los vehículos. La mayoría de los fabricantes ya está sustituyendo la tradicional palanca por el freno de mano eléctrico, accionado mediante un botón, que ofrece ventajas como su mayor sencillez de uso y la posibilidad de activarse automáticamente al parar en pendientes.
6

Espejos retrovisores
Sustituir los tradicionales espejos retrovisores por cámaras es una fantasía de casi todos los grandes diseñadores de vehículos, aunque aún no se ha plasmado en ningun modelo de producción -con la excepción del exclusivo Volkswagen XL1 de 2014-. No obstante, ya hay numerosos prototipos que avanzan que los viejos retrovisores podrían estar también en peligro de extinción, y Audi, por ejemplo, se ha propuesto sustituir a medio plazo todos sus retrovisores.
Lo que sí hay ya, y en gran cantidad, es retrovisores con cámara incorporada, que permiten maximizar la visualización.