Así debes ajustar los espejos retrovisores del coche para evitar ángulos muertos
La importancia de su ajuste y limpieza exterior es vital para conseguir la visibilidad necesaria y evitar sorpresas ante la toma de maniobras
Los espejos retrovisores, junto con las superficies acristaladas del vehículo , son los elementos que nos permiten obtener información visual y de manera constante durante la conducción. De ahí, la importancia de su ajuste y limpieza exterior para conseguir la visibilidad necesaria y evitar sorpresas ante la toma de maniobras que requieran una decisión rápida y adecuada como un adelantamiento, desplazamiento lateral o cambio de carril. O lo que es lo mismo, evitar los puntos ciegos o, mal llamados, ángulos muertos.
En la actualidad existen sistemas para evitar el ángulo muerto de los espejos pero no todos los usuarios los conocen, como, por ejemplo, el BLIS, capaz de detectar la presencia del vehículo que nos pretende superar y avisarnos mediante una señal acústica o luminosa. No obstante, si nuestro coche no dispone de alguno de estos sistemas de detección de presencia en el ángulo muerto que dejan los retrovisores, podemos solucionarlo con una nueva orientación sobre los espejos exteriores, aplicándoles un ajuste de 15 grados aproximadamente hacia el exterior para seguir viendo a los vehículos que nos sigan y que perdemos de vista por el retrovisor interior.
Para utilizar ésta técnica de ajuste sobre los espejos retrovisores, desde el blog Circula Seguro detallan que es conveniente seguir estos tres pasos :
-Comienza colocando tu espejo retrovisor interior tal como lo harías normalmente.
-Luego, inclina tu cabeza hacia la izquierda hasta que toque la ventanilla del conductor. Desde esa posición, ajusta tu retrovisor izquierdo de forma que puedas ver la esquina trasera de tu coche.
-Ahora, inclínate con el mismo ángulo hacia el otro lado, y pon tu retrovisor lateral derecho de la misma forma.
Una vez hecho esto y llevado a la práctica, durante la conducción, se podrá observar que cuando un vehículo se aproxima por detrás, debemos verlo a través del espejo retrovisor interior y si el mismo vehículo cambiase de carril, iría desapareciendo del retrovisor interior para verse de forma instantánea en el retrovisor exterior. No obstante, para comprobar si lo hemos hecho bien, la visión del vehículo que nos sigue y adelanta no sufriría en su desplazamiento ningún retraso en la aparición de un retrovisor a otro. Es decir, no se perdería de vista en ningún momento la imagen del vehículo que nos sigue.
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