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Cuidado de neumáticosLa importancia de llevar neumáticos sanos

Es importante hacer un «chequeo médico» al neumático una vez al mes

Son claves para garantizar la máxima seguridad en la conducción

La cubierta es el componente más orgánico del vehículo

Madrid Actualizado: Guardar
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Con la llegada de las lluvias cobra especial importancia circular con neumáticos «saludables». Son el único elemento de contacto entre vehículo y carretera. De ahí lo fundamental de someterlos a un «chequeo médico» periódico. Se recomienda revisar su estado al menos una vez al mes y siempre antes de iniciar un viaje.

Los neumáticos están compuestos por materiales procedentes del árbol de caucho, por lo que suponen la parte más «orgánica» del vehículo y la más sensible al deterioro por el uso. Un mal mantenimiento de los neumáticos acaba pasando factura a su «salud» y a sus prestaciones. En esto, la firma Continental destaca como claves para contar con unos neumáticos «saludables» vigilar:

1. Presiones. Mantener la presión correcta ayuda a que el neumático se mantenga «saludable».

Circular con una presión inferior a la recomendada reduce la estabilidad, aumenta el peligro de pérdida repentina de aire y sube el consumo de combustible del vehículo. En el polo opuesto, una presión excesiva provoca un desgaste prematuro por el centro, reduciendo su vida útil. Además, al reducirse la superficie de contacto se puede producir una pérdida de adherencia, mayor incidencia de impactos de objetos ajenos, más incomodidad de conducción y mayores vibraciones.

2. Cristalización. La cristalización del neumático indica que éste no tiene «buena salud». Los neumáticos cristalizan en vehículos que pasan mucho tiempo a la intemperie, sobre todo por altas temperaturas, envejecimiento por edad y aquellos que reciban mucha radiación solar. Se recomienda evitar el uso de neumáticos con más de 10 años de edad.

3. Desgaste excesivo. Un neumático desgastado pierde adherencia, sobre todo en mojado. La normativa establece que la profundidad del dibujo de la banda de rodadura no debe ser inferior a 1,6 mm aunque, para un mayor agarre y seguridad, se recomienda no utilizar un neumático desgastado con una profundidad del dibujo inferior a 3 mm, especialmente con condiciones meteorológicas adversas. Y es que, con el suelo mojado, una cubierta desgastada aumenta radicalmente el riesgo de aquaplanning y de alargar la frenada de forma alarmante. Para comprobar el desgaste, se incorpora un testigo de 3 mm que indica si la profundidad del dibujo es mayor. Es importante revisar la mayor parte de banda de rodadura y no olvidar la zona interior, pues el desgaste puede ser irregular.

4. Bultos, cortes, roces, bordillazos. En caso de que el neumático presente alguna de estas anomalías, se debería visitar un especialista para que los revise y evalúe daños. Si procede, realizar su sustitución. Para alargar la vida útil de los neumáticos hay que evitar golpes pronunciados. Es de vital importancia no intentar reparar los neumáticos con estas u otras anomalías.

5. La edad. Los neumáticos se deterioran con el paso del tiempo y pierden prestaciones. No tienen fecha de caducidad, pero se aconseja cambiarlos cuando pasan 10 años desde su fecha de fabricación, aunque no se hayan utilizado o visualmente no estén en mal estado.

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