Cómo y cuándo se deberían limpiar los limpiaparabrisas
Si no se limpian las escobillas la suciedad de las mismas pueden repartirse por el cristal en el momento que se activen
La llegada de la lluvia, aunque simplemente sea por un pequeño chaparrón, puede provocar problemas importantes de visibilidad si no se tiene el parabrisas limpio. También suele suceder que al accionar los «limpias» nos encontremos con unas ,molestas rayas que nos impiden tener una visión nítida de la carretera. Es por eso que la limpieza no tiene que realizar se de forma periódica sobre el parabrisas, sino también sobre las escobillas.
Lo más habitual es que las escobillas estén sucias o mal colocadas , por lo que conviene revisarlas con asiduidad para evitar tanto los rastros cuando se accionan como los molestos ruidos que pueden llegar a producir.
Si el limpiaparabrisas hace ruido, la primera causa posible para este comportamiento es que esté mal colocado. Puedes estar más seguro de que se trata de este motivo cuando empieza a sonar nada más cambiarlo . Para verificarlo basta con dejarlos en posición ascendente (dando el contacto y quitándolo) y fijarte bien si los brazos móviles están bien colocados y no hay nada suelto que pueda causar el ruido.
Si una vez comprobado que están bien puestos, siguen haciendo el molesto chirrido, podemos estar casi seguros que se trata de un desgaste excesivo de las gomas. Probablemente has apurado demasiado la vida de tus limpiaparabrisas y ha llegado el momento de cambiarlos. Es posible que llegados a este punto, su capacidad de evacuar agua se haya reducido y por lo tanto tu seguridad esté quedando comprometida. De hecho, durante la Inspección Técnica de Vehículos, su mal estado puede ser considerado como un defecto grave.
Y una tercera posible causa, menos probable, es que el problema esté en que la luna haya acumulado un depósito de cera o algo similar. Por si acaso, es mejor una buena limpieza del cristal para que no quepa duda. Para ello puedes utilizar un limpiacristales comercial, o vinagre blanco sin diluir. No uses limpiadores con amoniaco , ya que este puede degradar el plástico.
Otra opción es espolvorear la luna con bicarbonato de sodio y limpiarlo con un paño húmedo.
Y recuerda que es vital el mantenimiento del limpiaparabrisas. Puede bastar con acciones sencillas como limpiar las escobillas cada mes, recargar el líquido (nunca agua de grifo) regularmente y sustituirlos aproximadamente una vez al año.
Para limpiar las escobillas u n buen sistema es utilizar un paño húmedo o un papel de cocina con agua caliente jabonosa o alcohol.
Los especialistas de Alvato Luxury Detailing hacen hincapié no sólo en la importancia de limpiar los cristales sino también este elemento del coche por varios motivos.
El primero de ellos tiene que ver también con un aspecto relacionado con la seguridad. Y es que aunque se hayan limpiado correctamente las lunas del coche si las escobillas ti enen suciedad acumulada en el momento de activarlos van a repartirla por la superficie, empeorando la visibilidad y haciendo que el trabajo de limpieza de los cristales caiga en saco roto.
Otro de los motivos por el que se debe limpiar es la acumulación de polvo y suciedad que en ocasiones viene acompañado con partículas de arena , y que puede ser perjudicial por el daño que provocarían en los cristales provocando arañazos indeseados.
Lo ideal es proteger no sólo los cristales del vehículo sino las escobillas con productos que prevengan frente a la acumulación de suciedad. Existen para ello avances en nanotecnología que sirven para que los cristales no se queden sin visibilidad por lluvia o suciedad gracias a su efecto hidrófugo y también lo hay para poder aplicar a esta parte del coche.
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