Cómo saber si están a punto de fallar neumáticos, amortiguadores y frenos
Una sola de estas piezas desgastadas puede reducir el control y capacidad de frenado del vehículo, poniendo en peligro la seguridad vial
Neumáticos, frenos y amortiguadores son los tres elementos más importantes de seguridad del vehículo y de su buen estado y correcto mantenimiento dependen una conducción segura. De hecho, si uno solo de estos elementos falla, los otros dos ya no cumplen adecuadamente con su papel .
Según datos extraídos de un estudio independiente para Bridgestone , un neumático desgastado con una profundidad de dibujo de 1,6 mm (límite legal) alarga un 30% la distancia de frenado con respecto a un neumático nuevo que por lo general cuentan 8 mm de profundidad. Según datos aportados por la DGT , con unos amortiguadores en mal estado la distancia de frenado aumenta en un 36%, y por último pero no por ello menos importante, los frenos en mal estado pueden incrementar la distancia de frenado en un 25%.
En concreto, los neumáticos constituyen el único punto de unión entre el coche y el suelo. De ellos depende la adherencia y fricción de nuestro vehículo con el pavimento. Si están desgastados o deteriorados sus prestaciones se verán seriamente reducidas, no se agarrarán sólidamente sobre el suelo, haciendo que nuestro vehículo patine o derrape. Lo recomendable es cambiarlos a los 40.000 km o cuando su profundidad sea menor de 3 mm.
Por su parte, los amortiguadores son los responsables de mantener el neumático en contacto con el suelo, garantizando el buen funcionamiento de la suspensión. Estos suelen recibir menos atención debido a que no se ven, sin embargo, su desgaste es progresivo, y necesitan revisión y sustitución, de lo contrario los neumáticos dejan de realizar adecuadamente su función, perdiendo tracción y direccionalidad. Estos deben examinarse periódicamente, cada 20.000 o 30.000 kilómetros y reemplazarse entre los 65.000 y los 90.000 kilómetros como máximo.
Y los frenos son los componentes que se encargan de disminuir la velocidad y detener el vehículo por eso tienen que funcionar con precisión, debiendo asegurarnos del correcto estado de todo su engranaje; pastillas de freno, discos y líquido, para que el vehículo no pierda capacidad de frenado. Lo recomendable es cambiar las pastillas a los 60.000 km , los discos a los 80.000 km, y el líquido de frenos cada 2 años ó 30.000 km.
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