El coche autónomo y conectado ya recorre Vigo en condiciones reales y sin accidentes

El Grupo PSA, el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia y el Ayuntamiento prueban en entorno urbano un vehículo sin conductor

Noelia Soage

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El coche autónomo no es el futuro, sino el presente. Puede que los conductores vigueses no se hayan percatado, pero es posible que cuando circulen por la Gran Vía de la ciudad o estacionan en el parking Praza do Rei, se crucen con un vehículo autónomo. Se trata de una prueba que forma parte del Proyecto Europeo Autopilot (Automated Driving Progressed by Internet Of Things) lanzado a principios de 2017 en el que participan cinco ciudades europeas, entre ellas, Vigo. En este proyecto pionero en España trabajan 350 especialistas del CTAG (Centro Tecnológico de Automoción de Galicia) que aporta la infraestructura y la tecnología; el Grupo PSA, que facilita los requisitos desde el punto de vista de la automoción, y del Ayuntamiento de Vigo, con datos de tráfico.

Hasta el próximo mes de diciembre, una versión adaptada del Citroën C4 Picasso, probará sus sistemas autónomos y conectados con el fin de validad la comunicación entre el vehículo y la infraestructura en un entorno urbano complejo. Durante las pruebas –coordinadas y pilotadas desde el CTAG– en el interior del vehículo van una o dos personas (dependiendo del entorno), pero ninguna de ellas toca el volante. El vehículo es un prototipo de investigación, un modelo de serie equipado con sensores, cámaras y mapas .

El más importante, es el LIDAR –uno de los sensores más habituales en los coches autónomos–, las siglas de «Laser Imaging Detection and Ranging». Si un RADAR emite ondas de radio que «rebotan» en los objetos, un LIDAR emite haces de rayos de luz láser infrarroja que «rebotan» en los objetos. Éste sensor 3D, que se monta en el techo del vehículo, proyecta una nube de puntos que dibuja perfectamente obstáculos como peatones u otros vehículos. Calcula su velocidad y distancia relativa en un campo de visión de 360 grados alrededor del coche y lee una distancia de entre 70 y 80 metros.

También cuenta con un LIDAR frontal 2D, que lee hasta y entre 150 y 200 metros con una apertura de 80 grados; cuatro radares, colocado uno en cada esquina del vehículo; sensores de proximidad que abarcan entre 70 y 80 metros, además de una plataforma de comunicación basada en el IoT (Internet of Things) y V2X (Vehicle to Everything). «Para ser concretos, las cámaras son las que detectan el objeto y los LIDAR mide la distancia a la que se encuentra», detalla Francisco Sánchez, director de la División de Electrónica e ITS del CTAG.

Entornos urbanos reales

La primera prueba, denominada Valet, a la que ha tenido acceso ABC, se desarrolla en el interior del parking público Praza do Rei. Una vez que el conductor accede al interior del aparcamiento, deja el vehículo en una área delimitada de recogida, en la que ya se puede bajar. Mediante una aplicación móvil, el parking envía una orden con el número de la plaza asignado y el recorrido. Mientras el vehículo se aparca completamente solo, el conductor, puede dedicarse a otros asuntos. Y al volver, con solicitar que el coche le recoja, éste saldrá de su plaza establecida y volverá a la zona de recogida para continuar con la ruta. Este sistema aporta más seguridad, confort, un ahorro de tiempo para el conductor, además de salvar espacio en un 20%, ya que el vehículo estaciona en el centro de la plaza correctamente.

En un segundo test, el vehículo autónomo se prueba por el centro de la ciudad bajo la denominación Urban. Durante aproximadamente 15 minutos, el vehículo recorre un circuito delimitado en la Gran Vía de Vigo completamente solo, interactuando con el entorno. A una velocidad máxima de 30 km/h, el vehículo se encuentra ante la primera situación: un semáforo en rojo. Se detiene al recibir la información desde la red de tráfico del Ayuntamiento de la ciudad, y lo mismo pasa cuando al semáforo le quedan apenas unos segundos para ponerse en verde. La «cuenta atrás» aparece en la pantalla del coche y, cuando llega el momento, se pone en marcha.

El coche actúa de la misma maneracuando un peatón cruza un paso de cebra. «Ya a 16 segundos de llegar a la altura de un peatón te avisa de lo que está pasando y actúa», añade Sánchez, a lo que Ignacio Bueno, director del Centro de Vigo de Grupo PSA, puntualiza: «Para funcionar, este vehículo autónomo lo tendría muy complicado sin la infraestructura de información que hay detrás». Mediante estas pruebas se concluye que la circulación en entornos urbanos serían más seguros, confortables, se ahorraría combustible y se mejoraría el impacto medioambiental .

El director del CTAG, Luis Moreno, augura que «en 2022 el 100% de los vehículos estarán conectados a internet y en 2030 habrá un mercado de 80 millones de vehículos autónomos ».

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