Historia

China irrumpe en Daimler, la herencia de los dos padres del automóvil

El pilar más añejo de la industria de automoción alemana afronta ahora el ímpetu de las empresas chinas. Una de ellas, Geely, acaba de convertirse en su accionista de referencia, al controlar el 9,7% del accionariado

El primer Mercedes: el Daimler Phoenix Daimler

S. M.

Automóvil y Alemania casi son sinónimos. Buena parte de la culpa corresponde a la pujanza de Daimler, la empresa heredera de las compañías fundadas por Karl Benz y Gottlieb Daimler a finales del siglo XIX para rentabilizar un invento que ambos desarrollaron por separado y patentaron en 1886: el automóvil.

La identidad de la economía nacional alemana está ligada a este sector desde entonces, y sobre él se ha mantenido la industria germana durante el azaroso siglo XX. Por eso ha impactado tanto en el país la compra, por parte de la china Geely , del 9,7% del accionariado de Daimler , convirtiéndose así en su accionista de referencia. Una adquisición que podría abrir a China las enormes reservas tecnológicas del fabricante, productor de automóviles desde hace 132 años.

Benz Patent Motor Car o «velocípedo», el primer automóvil Daimler

Aunque la actual compañía es heredera de las que ambos fundaron, Benz y Daimler nunca se conocieron en persona . Simultáneamente desarrollaron el primer automóvil, aunque los proyectos de uno y otro eran muy diferentes. Benz fue el primero en patentar su invento, un triciclo denominado «Velocípedo que desarrolló en Mannheim, mientras que Daimler le siguió pocos meses después con un cuadriciclo que creó en su casa de Stuttgart.

Cada uno fundó su propia empresa y comercializó sus propios modelos, con notable éxito, si bien el actual nombre bajo en el que se comercializan los turismos de Daimler procede de la compañía del segundo, la Daimler-Motoren-Gesellschaft.

Su origen reside en la hija del principal distribuidor de los coches de Daimler, el austriaco Emil Jellinek , que inscribió un vehículo Daimler, modelo Phoenix, en una carrera (que, por cierto, ganó) con el nombre de su hija Mercedes pintado en el capó. Al contratar la exclusividad de su distribución para Austria, Hungría, Bélgica, Francia y Estados Unidos, puso como condición que los coches se llamaran Mercedes. Así se hizo y, de paso, los propietarios de las marcas se evitarían problema legales, ya que Daimler había vendido el derecho del uso de su nombre en el exterior, motivo por el cual hoy en día se fabrican coches de lujo en Gran Bretaña con su nombre.

Durante esos años, los fabricantes Daimler y Benz competían entre sí. Sin embargo, una crisis e conómica durante los años 20 les llevó a la cooperación hasta que, en 1926, terminaron fusionándose, creando la firma Daimler-Benz AG para la fabricación de turismos y camiones Mercedes, con la estrella de tres puntas como logotipo, que había aparecido en un Daimler en 1909; más tarde, se agregaron los laureles y, en 1926, el anillo que une las puntas.

En 1998 la compañía cambió de nombre tras fusionarse con Chrysler, pasándose a llamar DaimlerChrysler AG. La alianza duró menos de diez años, hasta 2007, cuando el fondo de capital riesgo Cerberus adquirió Chrysler, y el gigante alemán pasó a denominarse únicamente Daimler AG, su actual denominación.

Hoy en día, el fabricante de la estrella cubre un amplio espectro de vehículos que abarca desde turismos compactos (Clase A) hasta camiones pesados (Actros), pasando por berlinas de lujo (Clase S), furgonetas (Sprinter) y autobuses ( Citaro), así como la marca de productos urbanos Smart.

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