Alfa Romeo Giulia diésel y gasolina: ¿cuál merece más la pena?
Hemos probado las versiones de 200 y 180 CV para analizar sus prestaciones, consumos y sensaciones al volante
MADRID Actualizado: GuardarEl Alfa Romeo Giulia es la gran apuesta del grupo FCA. El modelo resulta muy atractivo por diseño, calidad de los acabados, y sobre todo por una gran oferta mecánica que hace que prácticamente se pueda contar con un motor para cada una de las necesidades. En esta ocasión hemos probado la mecánica de gasolina de 200 CV y la hemos enfrentado al diésel de 180, para comprobar cómo se comportan cada uno de ellos tanto en prestaciones y consumo, como por sensaciones al volante.
1234Así es el Alfa Romeo Giulia
El Alfa Romeo Giulia es la gran apuesta del grupo FCA, con el que la marca italiana ha cerrado la etapa del 159. El modelo resulta muy atractivo por diseño, calidad de los acabados. En esta ocasión hemos probado la mecánica de gasolina de 200 CV y la hemos enfrentado al diésel de 180, para comprobar cómo se comportan cada uno de ellos tanto en prestaciones y consumo, como por sensaciones al volante.
El Giulia supone un palpable salto adelante en calidad y técnica por parte de la marca italiana, con una acertada estética de proporciones impecables y sobre todo por una gran oferta mecánica que hace que prácticamente se pueda contar con un motor para cada una de las necesidades. A la venta desde mayo de 2016, se puede encontrar en los concesionarios españoles desde 30.000 euros.
Modelo de gasolina 200 AT
El Giulia 200CV Super AT parece un coche que no es. Parece una berlina, estilizada, eso sí, esbelta, eso también, gracias a las acertadas líneas de fuerza que luce la nueva generación de Alfa Romeo y que le sientan como un guante, dando como resultado un coche estilizado y bonito. A los mandos, sin embargo, no es un coche familiar, sino un ágil deportivo que no se conduce, sino que se disfruta.
El cambio automático con levas y ocho velocidades funciona a la perfección, permitiendo exprimir al máximo la potencia del motor de dos litros y 330 Nm de par motor, obtenido a 1.750 revoluciones. Una combinación que le permite acelerar de 0 a 100 en 6,6 segundos y alcanzar velocidades máximas de 235 kilómetros por hora.
Tanta potencia, sin embargo, se ve reflejada en el consumo: 7 litros a los 100 en uso mixto, por encima del homologado del 5,9 de la marca.
Respecto a los interiores, son impecables, propios de un coche «premium», y repletos de una tecnología que ayuda sin resultar excesiva: climatizador automático de dos zonas, elevalunas eléctricos, cierre con mando, encendido automático de luces, sensor de lluvia, ordenador de viaje, espejos térmicos con ajuste eléctrico, sistema de sonido con Bluetooth, sistema avisador de cambio involuntario de carril...
Además, el acabado Super añade tapicería específica en cuero rojo, que resalta su toque de portivo, así como sensor de aparcamiento posterior y unas llantas de aleación de 17 pulgadas realmente espectaculares. Todo ello, eso sí, a un precio no apto para todos los bolsillos: 40.000 euros.
Modelo diésel 180 CV Super ATX
El aspecto exterior del Alfa Romeo Giulia diésel no se diferencia prácticamente en nada del gasolina. En este caso disponemos de un motor de 180 CV, con cambio automático de 8 velocidades. La velocidad máxima es de 220 km/h y, según las especificaciones técnicas, pasa de 0 a 100 km/h en 8,2 segundos.
No es un coche ruidoso, aunque la «rumorosidad» típica de los diésel se deja notar a baja velocidad y en primera y segunda. Sin embargo, una vez llegados a los 120 km/h, y si intentamos mantener esta media, es muy fácil conducir «a vela», con lo que tanto los consumos como el ruido procedente del motor se reducen a la mínima expresión.
El cambio de marchas realiza los cambios de forma muy rápida e inapreciable, y en caso de necesidad, por ejemplo, a la hora de hacer un adelantamiento, reduce de forma casi instantánea para que podamos disponer de la máxima potencia durante esta maniobra.
En cuanto al diseño interior y acabados, nada que apuntar, pues nos encontramos con idénticos materiales y equipamientos que en el vehículo diésel.
Por prestaciones supera el exámen con nota. Y en cuanto a consumos, las cifras oficiales marcan 5,3 l/100 en trayectos urbanos, 3,5 en recorridos extraurbanos, y una media de 4,2 l/100 km de media, con emieiones de 110 g/km de CO2. en la práctica, y al igual que en modelo de gasolina, sin tener demasiadas contemplaciones a la hora de exprimir el motor, hemos logrado una cifra de 6 l/100 km. El precio de esta unidad (sin descuentos aplicados) es de 35.800 euros.
Conclusiones
La diferencia de precio entre ambas versiones es reducida, por lo que este factor no va ser determinante a la hora de decantarse por uno u otro si nos atenemos al presupuesto. Si bien el diésel es muy silencioso, hay que admitir que la suavidad de conducción del modelo de gasolina se impone. Al disponer de 200 CV, 20 más que el diésel, también lo vamos a notar a la hora de rodar, sobre todo si seleccionamos el modo de conducción más deportivo.
En cuanto a los consumos, la media oficial marca una diferencia de casi 2 litros, lo que puede ser un factor determiante sobre todo si se trata de un vehículo de flota o de empresa. En la práctica, la diferencia de consumo es de tan solo 1 litro, por lo que el modelo diésel sería en principio más recomendable para aquellas personas que vayan a realizar entre 20.000 y 30.000 km al año, y sobre todo por autopista.
Tampoco conviene descartar el factor ecológico, o más bien, contemplar las posibles restricciones que en agunas ciudades se pretenden poner en marcha, impidiendo en determinados casos la circulación de vehículos diésel en el centro de las ciudades.
Una pega de ambos modelos, aunque pequeña no compartida por ambos conductores, es la manejabilidad del GPS, poco habitual al tener que seleccionarse las letras mediante una rueda. Lo más criticable es el poco atino de su capacidad de predicción, lo que hace algo engorroso su manejo.
E la práctica, el Alfa Romeo Giulia es un modelo muy «pasional», por lo que las sensaciones al volante pueden tener un mayor peso a la hora de hacer la elección final. Por eso lo mejor a la hora de elegir entre uno u otro es pedir una prueba de conducción al concesionario, y valorar si el diésel tiene suficiente «ADN» . En ambos casos la decisión será acertada.