ECONOMÍA
El acoso a los coches diésel infla el interés por los gasolina de segunda mano
El Gobierno plantea subir los impuestos a los carburantes gasoil y aumentar la fiscalidad en el momento de compra de vehículos diésel
Desde que entraron en vigor las normas Euro, que estipulan los límites de emisiones de los motores de combustión interna en Europa, los vehículos han ido reduciendo drásticamente sus niveles de contaminación , especialmente los diésel. Desde la norma Euro 1 (que entró en vigor en 1992) hasta la actual Euro 6 se han reducido los límites de partículas en suspensión (PM) en un 96% y la de óxidos de nitrógeno (NOX) en un 84%.
Desde el 1 de septiembre de 2015, todo coche nuevo vendido en Europa debe cumplir la dura normativa anticontaminación Euro6, especialmente severa con partículas en suspensión y NOX . El uso extensivo del AdBlue y otros sistemas anticontaminación avanzados en motores diésel hace que estén casi a la par que los coches gasolina en lo que se refiere a la emisión de gases contaminantes, según Carlos Rivera, cofundador de Clicars . El directivo de la la startup española de venta de vehículos online asegura que «la Unión Europea ya ha declarado que es un error grabar en mayor medida a los todos vehículos diésel, con medidas como el aumento del precio del carburante, cuando son sólo los más antiguos los que realmente contaminan en demasía».
Perse a ello, el mensaje de que los doiésel con más contaminates que los gasolina ha calado, y está provocando un cambio drástico en el, interés de los consumidores. Así, la búsqueda de coches de gasolina ha crecido un 65% desde el pasado mes de febrero , mientras que los diésel han sufrido una bajada de un 25%.
Además, en los dos últimos meses las búsquedas de coches gasolina han superado a aquellos que utilizan gasoil en casi un 40% , lo que demuestra el cambio de tendencia por parte de los compradores. Sin embargo, a pesar de estos datos, en la actualidad tres de cada cuatro coches seminuevos o de Km 0 vendidos utilizan carburante diésel, por el 22% de coches que usan gasolina.
Durante el último mes, el Gobierno de España, a través del Ministerio de Transición Ecológica , anunció una serie de medidas que aumentarán el gasto para los usuarios de coches que utilizan diésel. Así, algunas de las penalizaciones planteadas van desde la subida de impuestos a este tipo de carburantes hasta aumentar la fiscalidad en el momento de la compra de los modelos con estos motores.
Además, a aprtior del mes de septiembre entrará en vigor el nuevo sistema medidor de emisiones WLTP, que sustituye al actual EURO. La nueva forma de ensayar los consumos se ajusta más a las condiciones de uso reales y esto es un problema para los fabricantes, ya que los vehículos van a gastar más combustible y, por lo tanto, a emitir más sustancias por el escape, ruedas, etc, que con el NEDC. Sin embargo, no se van a modificar los límites de las normativas Euro. Según explican a ABC desde Autocasión, «es como la selectividad para acceder a una carrera. La nota de corte para que los alumnos puedan acceder a la carrera que quieren es la misma, pero ahora tendrán que pasar un examen más difícil».
El resultado de la aplicación de este nuevos istema de medición de emisiones se va a notar en el bolsillo. Así, en el caso de que los fabricantes no mejoren la tecnología de sus coches para reducir sus consumos y emisiones, pagaremos más porque subirán sus impuestos.
Este es el ejemplo práctico que nos propone Autocasión:
A partir de septiembre de este año es obligatorio que todos los coches que se matriculen sean sometidos a las pruebas WLTP. Estas pruebas harán que muchos de los vehículos que ahora se venden en España, y que están exentos del citado impuesto por emitir menos de 120 gr de C02 por kilómetro , rebasen esa cifra y pasen a tributar más. En realidad no se modifican los límites de emisiones de CO2 y NOx, pero al realizarse las mediciones en «condiciones reales» de conducción, los resultados finales de las mismas serán superiores a los que las marcas homologaban hasta ahora para sus vehículos.
En la actualidad el impuesto de matriculación está vinculado a las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Con el WLTP se aplican mediciones más rigurosas, por lo que las emisiones de un mismo coche podrían aumentar en comparación con el ciclo anterior. En ese caso, de no adaptar la medición un mismo automóvil, este podría pagar un mayor tramo de impuesto de matriculación.
Según Ignacio García Roji . Analista Área Vehículos Nuevos de Autocasión , un aumento de la oferta podría significar, de cara al consumidor final, un descenso en los precios. Pero la situación es mucho más compleja. Dado que muchos de los coches nuevos tendrán una mayor carga impositiva (es decir, un aumento de precio), el fabricante puede escoger entre dos alternativas. En primer lugar mejorar la oferta final del coche (con el riesgo de restar atractivo a las unidades automatriculadas y el consiguiente perjuicio para el concesionario propietario de las mismas), y en segundo lugar mejorar las condiciones financieras de dicha oferta. Además a muchos fabricantes no les quedará más remedio que eliminar algunos modelos de su oferta y reducir sensiblemente su gama actual. Y a todo esto hay que sumar una «avalancha» de nuevos modelos que las marcas tienen previsto comercializar desde septiembre y hasta final de año, por lo que también se pueden esperar ofertas para los modelos que se retiran del mercado, y promociones para los que llegan.
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