El accidente de Felipe de Edimburgo a sus 97 años reabre el debate sobre la edad máxima para conducir
En España las personas mayores de 65 años están involucradas en uno de cada 10 accidentes de tráfico con víctimas. El 55% de esos accidentes se producen en vías urbanas
Felipe de Edimburgo (97 años) resultó «milagrosamente» ileso tras sufrir un aparatoso accidente de tráfico, cuando circulaba en las inmediaciones de la casa de campo propiedad de la Reina Isabel II, situada en Sandringham, en el condado de Norfolk. Pocas horas después, el Palacio de Buckingham emitía un comunicado en el que confirmaba que el marido de la Reina se encontraba bien, tras lo que se ha calificado como un «incidente».
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Según datos facilitados por los medios británicos, el propio Príncipe Felipe era quien estaba a los mandos del Land Rover en el momento del siniestro. El accidente, en el que estuvo involucrado otro vehículo, se produjo cuando el todoterreno del Duque estaba incorporándose a una carretera tras salir de un cruce. El Príncipe, gran aficionado a conducir, renueva periódicamente cada tres años su carnet, como exige la legislación británica, y recientemente ha transportado no solo a miembros de su propia Familia sino a personalidades como el expresidente norteamericano Barack Obama.
No obstante, el accidente ha reabierto un debate que se pone de actualidad de forma intermitente: el de la edad máxima para conducir. Algunos expertos a bogan por el establecimiento de una fecha máxima , similar al límite de 18 años que da acceso a la posibilidad de manejar un vehículo, debido a la decadencia física y mental experimentada inexorablemente con la edad.
En España hay más de 3,8 millones de conductores de más de 64 años. Según un estudio de la Fundación Línea Directa, un 39,5% de los conductores confesaron que habían vivido situaciones de riesgo en la carretera por culpa de algún anciano que «circulaba muy lento» o que cometió algún error. Y, lo que es más llamativo, el 17% de ellos retirarían el carné a sus familiares mayores, como recordaba reciéntemente en páginas de Sociedad Érika Montañés.
Pero, pese a lo recurrente de esas quejas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja «no apartar de la conducción a los mayores si no hay razones que lo justifiquen» porque para muchas personas el empleo de un vehículo conlleva «calidad de vida e integración», recordaba recientemente uno de los mayores expertos en Seguridad Vial del país, Luis Montoro, catedrático de la Universidad de Valencia. Rosa Ramírez, subdirectora general de Análisis y Vigilancia Estadística de la DGT, también negaba que la edad sea un baremo adecuado para decidir si una persona mayor aún es apta para la conducción. «Deberían ser sus condiciones psicofísicas» las que condicionen su retiro de la circulación, consideraba.
Uno de cada diez accidentes
Las personas mayores de 65 años están involucradas en uno de cada 10 accidentes de tráfico con víctimas. El 55% de esos accidentes se producen en vías urbanas, por colisión lateral o trasera (60%) o salidas de la vía (14%), según los datos de la Dirección General de Tráfico (DGT).
La Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial que entró en vigor en enero de 2016 señala que «el conductor debe estar en todo momento en condiciones de controlar su vehículo» pero no se dice nada sobre la edad máxima para poder conducir.
Actualmente, las políticas europeas tienden a no limitar la vigencia del permiso por la edad, pero sí a restringir la conducción a ciertas horas del día o a zonas determinadas. En muchos países europeos se están adoptando actuaciones para «limitar» la conducción de los mayores a un radio de 30 km, así como las horas a las que lo hacen (para mitigar la pérdida de visión nocturna, que afecta al 40% de las personas de más de 64 años).
En España a partir de los 65 años la vigencia del carnet (de la clase B) pasa de los 10 a los cinco años. Los expertos en seguridad vial consideran que los reconocimientos para los mayores de 70 deberían ser cada dos años o incluso anuales en lugar de cada cinco.
En 2017 se hicieron 690.000 reconocimientos médicos a mayores de 65 años en España : el 81% fueron declarados aptos con restricciones para seguir conduciendo, principalmente por problemas visuales, perceptivo-motores y auditivos; los tipos de restricciones más frecuentes fueron acortar los períodos de vigencia por debajo de 5 años y las limitaciones en la conducción a zonas determinadas y a horas diurnas.
Pérdida de facultades
A partir de los 55 años es cuando se comienzan a apreciar los signos significativos de envejecimiento, que se acentúan al llegar a a los 70 . Esta edad es considerada de «alto riesgo» dentro la seguridad vial debido a los diferentes comportamientos que el conductor y el peatón presentan.
Además, si al tener un accidente se producen lesiones, estas serían más graves y el período de recuperación más largo que el de una persona joven.
Para entender de qué modo infuyen los reflejos en la conducción, se calcula que al volante podemos tomar alrededor de 15 decisiones por kilómetro , cada una en una fracción de segundo. Según avanza nuestra edad se ven alterados factores como la percepción, la decisión y la acción.
Más del 80% de la información necesaria para conducir la recibimos a través de los ojos, pero la visión disminuye progresivamente con la edad. Se estima que entre los 40 a 50 años comienza este deterioro. Otro síntoma es perder la habilidad para distinguir claramente los objetos que se encuentran en la vía como son las señales de tráfico. Un conductor de 45 años requiere cuatro veces más luz que uno joven y otro de 60 años requiere aproximadamente 10 veces más.
Otra limitación es la capacidad para distinguir los colores, especialmente el rojo. A algunos conductores de edad avanzada les lleva el doble de tiempo reconocer si las luces de frenos están accionadas, debido a que el ojo pierde la percepción de este color, generando un mayor riesgo.
Otro de los síntomas que se disparan conforme avanza la edad es que necesitamos cada vez más luz y más tiempo para adaptarnos a las condiciones lumínicas. El ojo de una persona de 60 años es mucho más lento que el de un joven de 18.
Pero por otro lado, la experiencia también cuenta, y conforme a nuesra edad poseemos determinadas capacidades a la hora de tomar decisiones, aunque cuando ejecutamos esas acciones seamos más lentos debido a nuestra edad.
Los conductores más mayores tienen músculos más débiles , lo que los hace más torpes tanto para girar el volante, por ejemplo, como para pisar el pedal de freno y decidir cuándo hacerlo. Además, los de edad más avanzada poseen menos resistencia a la hora de soportar el estrés del tráfico.
¿Cómo afecta al seguro del coche?
Debido a que las compañías de seguros de coches dependen en gran medida de los resultados estadísticos para calcular las tasas y primas de seguro, algunos grupos de edad y los conductores pueden salir más beneficiados. Por ejemplo, ciertas profesiones pueden significar menos tareas de conducción y un menor riesgo de accidentes. De la misma manera, los mayores de 50 pero menores de 75 años también pueden obtener los mayores descuentos.
Muchas compañías de seguros consideran que los conductores que pertenecen a este grupo son maduros y responsables, valorando más estos dos aspectos que las posibles pérdidas de facultades en comparación con los conductores más jóvenes. Como resultado, los seguros de automóviles para las personas mayores tienden a ser más baratos.
De ahí que un joven piloto conduciendo un coche deportivo se verá obligado a pagar mayores primas que una persona de más edad en la conducción de un sedán familiar.
Según el portal rastreator.com , las estadísticas indican que la poca edad y la falta de antigüedad suponen un alto riesgo a la hora de sufrir un siniestro, lo que hará que, o bien te cueste más de lo normal contratar un seguro de coche , o que directamente no te acepten como cliente y tengas que recurrir al Consorcio de Compensación de Seguros.
Ahora bien, para que el Consorcio te cubra deberás acreditar que has solicitado al menos a 2 entidades que te aseguren, y que has sido rechazado por ambas.
Un estudio de la Fundación Mutua Madrileña sobre las tendencias de siniestralidad entre conductores de 18 a 25 años apunta a que cada año se producen 320.000 accidentes causados por ellos. Aunque en los últimos años el número de siniestros ocasionados por las personas de esa franja de edad ha disminuido. Pese a todo, las aseguradoras no reflejan este factor en sus tasas y no sólo ofrecen precios más elevados a los menores de 26 años, sino también a las personas con menos de 24 meses de permiso de conducir.
Quienes tienen más antigüedad como conductores pagan menos que los «novatos» . Y si juntas edad y veteranía la conclusión es que, si eres joven y novel, te será más complicado encontrar un seguro, y al obtenerlo el precio será notablemente más elevado.