Prueba
Suzuki Swift Sport 2018: gran deportivo en pequeño formato
La renovada versión atlética del compacto japonés puede presumir de brío y precisión
Suzuki renovó antes del verano la ya icónica versión deportiva de su compacto Swift. En la primera toma de contacto ya destacábamos la agilidad y precisión de la tercera generación del Swift Sport, dos variables que hemos podido corroborar tras una prueba en profundidad.
El mérito corresponde en su mayor parte a la nueva plataforma empleada por Suzuki. Denominada Heartect , confiere al vehículo mucho aplomo, algo a lo que contribuye la ganancia en tamaño respecto a la generación precedente. Frente al anterior modelo se gana 20 milímetros entre los ejes, y 40 milímetros de anchura de vías. También se ha bajado ligeramente la carrocería, en 15 milímetros. Todo ello permite afrontar los pasos por curva de manera muy precisa, una tónica que se traslada al resto de situaciones de conducción.
La nueva plataforma también es parte fundamental de la dieta de adelgazamiento del Swift Sport, que ha perdido 80 kilogramos respecto a la generación precedente, gracias el aligeramiento de elementos como los asientos. Gracias a todo ello el peso total cae hasta los 975 kilogramos. Una cifra notable que entra en contexto cuando mencionamos que el responsable de propulsar el conjunto es el nuevo motor Boosterjet de 140CV .
Este propulsor de cuatro cilindros ofrece hasta 230 Nm de par a 2.500 rpm, lo que en carretera se traduce en excelentes sensaciones desde bajas revoluciones. Lo hace con un consumo bastante moderado: 5,6 litros a los 100 kilómetros según la homologación, y 6,1 litros durante nuestra prueba, realizada a velocidades legales pero sin pretender moderar los consumos.
El propulsor se combina con un cambio manual de seis velocidades , bastante preciso pero de recorridos ligeramente largos, si bien Suzuki resalta que se ha trabajado para mejorar su suavidad.
Reseñable es también la suspensión, deportiva pero sin resultar dura, y suficientemente cómoda para hacer del Swift Sport un buen compañero para el día a día, y no solo para excursiones en busca de adrenalina . Tanto delante como detrás Suzuki se ha esforzado por incrementar la rigidez, por ejemplo, montando como una sola pieza el cubo y los rodamientos de la rueda. En ambos ejes se ha recurrido a amortiguadores Monroe, al igual que en el modelo de la anterior generación.
Tanto el par instantáneo como la admisión del turbo o la temperatura del aceite pueden visualizarse a través de un panel en el cuadro de instrumentación, uno de los muchos detalles deportivos propios del Swift Sport . Entre ellos también cabe destacar la parrilla y el parachoques específicos, el spoiler delantero, los faldones laterales, el difusor y el spoiler trasero, así como las llantas propias de 17 pulgadas y el doble escape trasero. También el volante, forrado en cuero y con puntadas en rojo, y los pedales en aluminio.
En materia de infoentretenimiento, el Swift Sport 2018 incorpora una pantalla de 7 pulgadas con navegador en 3D y compatibilidad con Android Auto, Car Play y MirrorLink.
En el plano tecnológico, incorpora los últimos avances, como frenada de emergencia autónoma , asistente activo contra el cambio involuntario de carril -una cámara detecta las líneas de la carretera y la dirección eléctrica actúa cuando detecta una potencial salida de la vía-, detector de obstáculos -mediante cámara monocular y sensor láser- o control de crucero adaptativo. Mencionable también es el asistente de luces de largo alcance, que interviene automáticamente para evitar deslumbramientos en vías secundarias alternando de largas a cortas si detecta un vehículo en sentido contrario.