Prueba

Opel Combo Life Innovation 1.5TD 130 MT6: espacio, practicidad y ahorro

El Opel Combo Life fue el lanzamiento estrella de Opel en 2018, y busca abrirse un hueco entre el declinante segmento monovolumen y el exitoso mercado de los SUV. Para ello, se presenta como abanderado de un nuevo segmento, denominado Light Activity Vehicle , que engloba a vehículos de base comercial perfectamente habilitados como un turismo más.

Fabricado en la planta de Vigo, bebe del saber hacer de Citröen y Peugeot en la materia. Comparte con el Rifter y el Berlingo su base mecánica y el galardón como «Van of the Year 2019», pero añade detalles propios propios de la marca, como el excelente funcionamiento de la iluminación LED. Ello, unido al cambio automático de largas a cortas muy de agradecer especialmente para quien sea usuario habitual de carreteras secundarias. También presenta una estética diferenciada, con una parrilla estructurada en torno a dos alas cromadas que se unen en torno al «Blitz» de Opel.

La gran baza del Combo Life es el enorme espacio interior . Está disponible en dos carrocerías, Standar (4.403 mm de longitud) y Long (4.753), ambas con capacidad para cinco o siete pasajeros, y un amplio maletero, de 597 o 850 litros, y hasta 2.693 litros si se abaten los asientos delanteros.

En ambas carrocerías el espacio es bueno para acomodar a cinco pasajeros, con la ventaja de que la segunda fila de asientos tiene tres anclajes Isofix , y no dos, como resulta habitual. Nuestras unidades de prueba ni de Rifter ni de Combo no han equipado por ahora la configuración de siete asientos, tampoco en esta ocasión, en la que hemos probado una versión con carrocería Standar.

La habitabilidad se ve reforzada además por el techo panorámico, realmente muy vistoso, recorrido por un espacio de almacenamiento traslúcido con iluminación LED que mantiene suavemente iluminado el habitáculo durante la noche . Desemboca en un segundo hueco de almacenamiento ubicado sobre el maletero, con 36 litros «extra» para depositar objetos. La ausencia de un túnel central de transmisión -la palanca se ubica en el salpicadero- también refuerza esta impresión, dejando un hueco adicional para carga entre los asientos delanteros.

La calidad de los interiores es buena, siendo perfectamente equiparable a la de un turismo. El Combo Life está equipado con una pantalla de infoentretenimiento de hasta ocho pulgadas con compatibilidad para Apple CarPlay y Android Auto, en la que se muestra la navegación. Adicionalmente, la instrumentación se puede completar con un head up display. Hay, no obstante, determinados ajustes con margen de mejora, como el recubrimiento plástico del entorno de la llave de arranque, que aparecía «pelado» por roces pese a los pocos kilómetros de nuestra unidad, y la tapa de los fusibles bajo el volante, ligeramente descuadrada.

Pese a sus dimensiones, el confort de marcha es muy alto, con un habitáculo bastante bien aislado. De hecho, la posición de conducción es más elevada que la de un turismo convencional y también que la de muchos SUV, garantizando una buena vista de la carretera. El habitáculo está bien aislado , y la rumorosidad percibida en el interior no resulta incómoda. La altura, 1.841 mm, tampoco compromete la conducción, ni siquiera en zonas reviradas, siempre que se respeten las velocidades legales.

Nuestra unidad equipaba un motor turbodiésel de 130CV , asociado a una caja manual de seis velocidades. Un propulsor del que solo puede haber buenas palabras, ya que mueve el conjunto -1.473 kg- con mucha solvencia, permite unos adelantamientos rápidos y seguros y, en resumen, nunca se queda corto, como sucede con las versiones menos briosas, en especial la de 75CV, y no tanto la de 100. Ello con un consumo homologado de apenas 4,3 l/100 km, que no ha subido mucho durante nuestra prueba de conducción, de más de 500 kilómetros, por rutas variadas: tan solo 4,9 litros a los cien.

Su enfoque como turismo viene reforzado por el amplio equipamiento en materia de seguridad. El catálogo incluye alerta de colisión frontal con detección de peatones y frenado de emergencia automático; cámara Opel Eye que permite el reconocimiento de señales de tráfico y el mantenimiento de carril; control de velocidad de crucero o alerta de somnolencia del conductor.

También puede incluir, como opción, cámara de visión trasera, un accesorio especialmente recomendable dadas las dimensiones del modelo, y un sistema de control de tracción adaptativo denominado IntelliGrip para mejorar la adherencia en terrenos rotos o deslizantes.

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