KTM 790 Adventure: dos versiones, misma filosofía de diversión

Una moto que se comporta bien en carretera pero que mantiene el ADN «offroad»

J. M. Pérez Lago

KTM ha querido acercar sus motos trail a todos los públicos y lo ha hecho con una moto de media cilindrada diseñada teniendo en cuenta los deseos y peticiones de sus futuros clientes. Pedían una moto "ready to race" pero al tiempo ligera, manejable, baja de asiento , con gran autonomía y capacidad de carga. Que fuera bien en carretera pero mantuviera el ADN "offroad" que toda KTM debe tener, y eso ha llevado a la presentación de dos modelos, La Adventure y la Adverture R. En la primera prima la polivalencia mientras que en la R prima la faceta deportiva "offroad".

Ambas comparten chasis multitubular, carrocería y el motor LC8c usado en la 790 Duke, que aquí se ha llevado a 95 CV y 88Nm a 6.600 rpm para llenar bajos y medios además de permitir una versión para A2. De serie ambas equipan cambio con "quickshifter" que, en opción puede ser "Plus", actuando también para reducir marchas. Montan llanta delantera de 21" y trasera de 18", con suspensiones de mayor recorrido y posibilidades de regulación en la R, también los neumáticos son diferentes, con más taco en la versión R.

Cuentan con una avanzada electrónica y un vistoso cuadro de instrumentos con pantalla TFT de 5" que nos informa de todos los parámetros del motor y opciones electrónicas que controlaremos desde la piña izquierda. Tiene tres modos de funcionamiento de motor, Street, Rain y Offroad , además de un modo Rally de serie en la R y opcional en la Adventure, que actúan sobre la respuesta del motor y el control de tracción. También podremos elegir el nivel de actuación del ABS (con sensor de inclinación) e incluso desconectarlo. Por último y también como opción podremos montar control de crucero.

Comenzamos probando la versión Adventure, tanto en carretera como en una bonita pista en los alrededores de Barcelona. Una vez elegida la altura de asiento y el modo de conducción salimos a carretera. En asfalto se comporta a la perfección , sin grandes transferencias de peso y un motor progresivo y sin vibraciones. La postura es cómoda, muy natural y vas bien protegido por la pantalla delantera, ideal para hacer muchos kilómetros, más de 400 permite su depósito de 20 litros, que además llega hasta muy abajo, protegiendo los laterales de la moto y rebajando el centro de gravedad. Cuando llegamos al tramo de tierra, cambiamos a modo "Offroad" y buscamos una postura más endurera que permita controlar la moto con las piernas. Aquí sale a relucir su ADN campero, la moto se deja llevar e inspira confianza desde el principio, las suspensiones están bien taradas para su peso y prestaciones y poco a poco aumentas el ritmo hasta que sus neumáticos empiezan a quejarse.

La versión R ya nos avisa de lo que nos espera con sólo subirnos a su asiento . Más alta debido a su mayor recorrido de suspensiones (240 mm. delante y detrás por 200 mm. de la Adventure), si mides menos de 1,75 llegarás sólo de puntillas y en los pasos complicados habrá que cuidar donde ponemos la bota . En la R ya puedes jugar con el ajuste de suspensiones además de toda la electrónica disponible. En carretera se porta igual de bien que su hermana, devorando kilómetros sin cansancio y a buen ritmo. Pero ella está hecha para el fuera de carretera. Lo suyo es anular el ABS e ir quitando poco a poco control de tracción hasta hacerse a las reacciones de la moto. Con más recorrido y mejores neumáticos para campo, esta R es casi una moto de enduro, pero con 200 kg. Si estás en forma y tienes buen nivel, esta moto te llevará hasta donde te propongas. En seguida buscas mayores dificultades pues da mucha confianza y es apta para toda clase de pilotos, adaptándose a todos los niveles de conducción, es cuestión de ir quitando restricciones electrónicas, tu mandas.

Bienvenidas estas KTM Adventure , dos modelos que recuperan el espíritu de las motos trail de antaño, con verdaderas capacidades fuera de carretera que se había perdido con las actuales "maxi" más orientadas a las rutas asfálticas.

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