La Unión Europea destinará 43.000 millones para superar la crisis de los chips
El objetivo de Bruselas es alcanzar un 20% de la cuota de mercado global en 2030
La Comisión Europea ha declarado, reiteradamente, el valor «estratégico» que suponen los semiconductores para la región. En 2021, su escasez global hizo que en algunos países cayera la producción de automóviles hasta en un 33% en comparación con 2020, un año ya marcado por cifras bajas por el estallido de la crisis sanitaria.
Un ejemplo de ello es el Grupo Volkswagen, el mayor productor del Viejo Continente, que cerró el ejercicio con 8,88 millones de unidades vendidas, un 4,5% menos que el curso anterior. Comparativamente, Toyota presentó un incremento del 10,1% hasta llegar a los 10,5 millones .
Estas cifras ponen de manifiesto una realidad en la compleja cadena de suministro global de estos componentes, principalmente que los fabricantes asiáticos han sufrido mucho menos sus efectos que sus rivales occidentales. Esto, en parte se debe a que los principales productores de los cotizados microchips están afincados en Taiwán, Corea del Sur, China y Japón.
Por ello y para paliar los efectos de la escasez de semiconductores, en septiembre 2021, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, indicó que su Gobierno estaba desarrollando una 'European Chips Act' —imitando una medida similar propuesta meses antes por el presidente de EEUU, Joe Biden—, que tenía como objetivo duplicar la cuota de mercado europea de cara a 2030 y alcanzar el 20%.
Por ello, las propuestas desveladas hoy articulan varios mecanismos que pretenden movilizar hasta 43.000 millones de euros en inversiones público-privadas para garantizar «que los semiconductores más sofisticados se producen en nuestro territorio, una prioridad estratégica y geopolítica para garantizar el liderazgo tecnológico europeo», en palabras del comisario del Mercado Interno, Thierry Breton.
La principal partida, de unos 11.000 millones, quedará recogida en 'Chips for Europe', un fondo en común entre la Unión Europea, los países miembros y productores del sector privado. Aquí entrará en efecto el 'Chips Joint Undertaking', un esfuerzo en común que se desprendió del más genérico 'Key Digital Technologies'.
'Chips for Europe' obtendrá sus fondos principalmente de las iniciativas Digital EU —enfocada en el I+D— y de Horizon EU —enfocada en la modernización industrial de la región—. Gracias a ella, las nuevas plantas europeas podrán optar a dos clasificaciones: Open EU Foundries (enfocadas en producir para terceros) e Integrated Production Facilities (que fabricarán para sus propios mercados). Contar con esta catalogación les permitirá acceder preferentemente a líneas de crédito y a permisos de construcción por parte de los estados miembro.
En segundo lugar, se disponen de mecanismos que garanticen la seguridad de suministro, mejorando la capacidad productiva de las plantas y de 'start-ups' europeas, facilitando su acceso a financiación, a través de un nuevo vehículo, 'Chips Fund', dotado de 2.000 millones. Además, Invest EU también creará un fondo de inversión dedicado a semiconductores.
Recomendaciones nacionales
Debido a la importancia de este sector y la urgencia de normalizar la situación industrial en Europa —los principales fabricantes estiman que esto no ocurrirá hasta el segundo semestre de 2022—, Bruselas ha emitido varias recomendaciones, para, según la propia Von der Leyen, «mejorar la resiliencia a las crisis a corto plazo».
La primera de ellas es a los otros miembros de la Unión, el Parlamento y el Consejo, para que tramiten con rapidez sus medidas y se puedan aplicar cuanto antes. En segundo lugar, van dirigidas a los países miembros para crear un Grupo de Expertos en Semiconductores Europeo y usarlo de intercambio de información.
Concretamente, el objetivo es poder elaborar una visión conjunta de productos, fábricas y mercados afectados, así como de medidas paliativas a corto plazo. La capacidad de monitorización permitirá a los países anticiparse a crisis, atendiendo a los primeros síntomas y cuellos de botella, así como saber si ha habido cambios en materia de políticas comerciales o espionaje industrial.
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