Registros en Opel, la única automovilista alemana que no había sido implicada hasta ahora en el «Dieselgate»

El registro está relacionado con la presunta existencia de un software ilegal instalado en 100.000 automóviles con motor diésel, para camuflar emisiones de contaminantes. El Gobierno alemán ha ordenado una revisión de los modelos afectados

Esta funcionalidad es sólo para registrados

La Policía alemana se ha personado este lunes en las oficinas de la automotriz Opel para efectuar registros y ha incautado documentación y ordenadores, según ha confirmado la Oficina de Investigación Criminal del estado de Hesse. La prensa alemana publica la sospecha recae concretamente sobre modelos diésel de las series Insignia, Zafira y Cascada de 2012, 2014 y 2017.

Tras conocerse los registros, la Oficina Federal de Vehículos Motorizados de Alemania (KBA), organismo dependiente del Ministerio de Transporte germano, ha ordenado a Opel la revisión de 100.000 vehículos diése l por sospecha de fraude en las emisiones.

«Después de encontrar un dispositivo de apagado en el sistema de control de emisiones, que las autoridades han calificado como ilegal, una llamada a revisión fue inminente», indicó el organismo público, informa Ep.

El departamento de Comunicación de Opel ha confirmado a ABC los registros en sus oficinas en Rüsselsheim y Kaiserslautern, pero insiste en que sus vehículos cumplen con todos los requisitos legales. Un portavoz de Opel ha informado además que la compañía está cooperando plenamente con las autoridades desde que, el pasado mes de julio, el Ministerio alemán de Transporte confirmó que había citado oficialmente a Opel por un software sospechoso instalado en tres modelos.

Este programa al parecer permite reducir el filtrado de gases en determinadas situaciones. Los productores de automóviles argumentan que de esta manera se protege el motor del calor o el frío extremos. En el caso de muchos modelos existen dudas de si realmente es necesario. Si la limpieza de gases de escape no trabaja como debe, los motores diésel emiten más óxido de nitrógeno, una sustancia nociva para la salud.

El escándalo de la manipulación de motores diésel estalló en septiembre de 2015 y en las cadenas de diseño y montaje de la empresa Volkswagen, que terminó reconociendo que había trucado 11 millones de vehículos, pero después se ha ido demostrando la implicación del resto de los fabricantes alemanes y hasta ahora Opel era la única que se salvaba de acusaciones.

Los registros se producen mientras las prohibiciones de circulación de coches diésel se han extendido desde Hambrugo y Fránkfurt a Berlín y después de que Opel hubiese conseguido abandonar los datos de resultados en números rojos con un beneficio de 502 millones de euros en el primer semestre de 2018, una tendencia difícil de mantener ya, una vez implicada en escándalo del trucaje de motores.

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