JOSÉ VICENTE DE LOS MOZOS
«Lo que hoy es un drama humano y sanitario se puede convertir en una desgracia económica y social»
El presidente de Anfac explica a ABC las principales reivindicaciones del sector de la automoción para poder superar la crisis del coronavirus
Los fabricantes de coches, de motos, de autobuses, de remolques y de componentes, concesionarios, vendedores, empresas de alquiler de vehículos, de desguaces y reciclajes, talleres y financieras han pedido este miércoles al Gobierno un plan de choque con el que poder retomar su actividad paralizada por la Covid-19.
El presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes (Anfac) explica a ABC las proncipales demandas del sector.
¿Qué medidas de impulso a la demanda cree que debería activar el Gobierno?
A día de hoy, lo primero es acabar con esta pandemia del coronavirus, que tantas vidas está costando. Pero lo que hoy es un drama humano y sanitario se puede convertir en una desgracia económica y social. Por eso, estamos trabajando ya en el día después, no podemos esperar a que pase. Es necesario sentar ya las bases de un plan de choque nacional de impulso a la demanda que ayude a la recuperación global del mercado, impulse la renovación del parque con las nuevas y mejores tecnologías disponibles y sea compatible con los objetivos ambientales. Las matriculaciones cayeron en marzo un 69% y abril será peor. En el conjunto del año, registraremos una caída de las entregas de alrededor del 30%.
Por ello, es necesario establecer un plan de ayudas homogéneo para todo el territorio, para la adquisición de vehículos nuevos, independientemente de su tipología (turismos, comerciales o industriales) o fuente de propulsión y que impulse también el achatarramiento. Además, se han de implementar medidas de apoyo a la infraestructura de recarga, tanto en vías interurbanas como en vías urbanas y apoyo a particulares y empresas.
¿En materia fiscal, qué sería necesario para evitar la asfixia de los fabricantes de automóviles?
Se puede utilizar en este caso la fiscalidad como una herramienta útil para garantizar la viabilidad de las empresas. En este caso, medidas como los aplazamientos de impuestos y cotizaciones sociales inyectarían liquidez a las compañías, beneficiando a las pequeñas o a las que tienen escasos recursos y que no sobrevivirían al impacto. Esto lo están haciendo ya otros países europeos, entre ellos nuestros competidores en fabricación de vehículos.
Por otro lado, y a medio plazo, la fiscalidad puede ser un instrumento clave para fomentar la renovación del parque e incentivar la demanda. Pensamos que se puede evolucionar a una fiscalidad verde, más orientada al uso, y que evite la barrera de entrada fiscal que aún existe a la compra, como es el caso de la matriculación.
¿La flexibilidad laboral es clave para facilitar la recuperación?
Es una medida que junto con el diálogo social ha sido de gran utilidad en otros momentos de crisis para levantar la industria de la automoción. España es la novena productora mundial de vehículos. Este liderazgo depende directamente de la demanda internacional. La flexibilidad laboral nos ha permitido ajustar las cadencias de producción a los mercados. De este modo, hemos podido acompasar la recuperación del empleo con el crecimiento de la producción. Nuestro empleo es de alta cualificación y tenemos un compromiso con el país y con nuestros trabajadores. No podemos dejar caer la industria.
¿Un plan de ayudas a la inversión puede ayudar a salir de la crisis del sector?
Hay que tener en cuenta que España es el segundo productor europeo de vehículos sin que las matrices estén el país. La falta de efecto sede provoca que tengamos que hacerlo mucho mejor que el resto. La competitividad de nuestras fábricas es fundamental. Planes de ayuda a la inversión, a la I+D de procesos y a la implantación de la industria 4.0 están entre nuestras prioridades.
¿Cree que hay sensibilidad en el Gobierno hacia las necesidades de la industria de la automoción?
El sector de la automoción representa el 10% del PIB nacional y el 9% del empleo. Además, el hecho de llevar cerca de un mes con las fábricas paradas nos coloca en una posición de especial debilidad. El Gobierno debería ser consciente de que contar con la colaboración de uno de los principales motores económicos del país podría ayudar a acelerar la recuperación cuanto antes y el diálogo es fluido. Esta recuperación necesita de un apoyo, coyuntural pero poten que acorte la crisis y nos permita una recuperación lo más rápida posible.
¿La competitividad futura de las factorías españolas depende de que se materialice el Plan de Choque que pide el sector?
El impacto definitivo de esta crisis se medirá, en nuestra industria, por dos factores: por lo que dure la paralización de las fábricas y por la contundencia y eficacia de las medidas que se pongan en marcha para la automoción. Necesitamos estas medidas, como decía, porque somos el segundo productor europeo de vehículos sin casas matrices en el país. La competitividad de nuestras fábricas es clave para su viabilidad y para mantener esta posición, es necesario este plan de choque nacional.