La industria española del automóvil se prepara para un impacto agravado por el coronavirus
En las factorías temen parones inesperados en proveedores que registren casos positivos además de una caída drástica en las ventas que, por ahora, solo se intuye
El impacto del coronavirus amenaza a toda la economía, incluidas las plantas de producción de vehículos y componentes. La industria, que supone el 10% del PIB y emplea al 9% de la población activa lleva varias semanas adaptándose a los problemas causados por cierres fabriles, primero en China y luego en Italia, pero la situación ha cambiado en los últimos días, con el agravamiento de la situación en España y gran parte de Europa.
En el plano industrial, uno de los problemas que se temen en las factorías es el impacto potencial del virus sobre los posibles proveedores, además de sobre las plantillas de las propias plantas. Es habitual que las factorías solo acumulen determinadas piezas para unos pocos días. Por ello, si repentinamente un proveedor en el que se detecte un pico de casos deja de surtir a la planta, puede surgir un problema a muy corto plazo, según detallan fuentes de la industria.
Las fábricas de vehículos producen mediante una fórmula denominada "just-in-time" para evitar la acumulación de stocks, difíciles de almacenar por su tamaño y volumen. Como referencia, sirva decir que la SMMT, equivalente británica a la patronal Anfac, calculaba que un solo minuto de retraso en el flujo de piezas entre Reino Unido y el continente supondría un coste de unos 54.000 euros.
De ahí que la factoría de Volkswagen en Navarra, por ejemplo, haya comenzado a negociar con los sindicatos un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), planteado inicialmente ante la posible escasez de piezas de un proveedor localizado en el norte de Italia. Una fórmula que también baraja la planta de Seat en Martorell, la mayor del país, que ya ha optado por suspender un turno de producción extraordinario en la Línea 2, la del modelo León. «No hay falta de piezas, pero no tiene sentido mantener un turno extraordinario en estas circunstancias», explican desde la compañía española.
En general, las factorías españolas tienen, por ahora, suficiente material para continuar con la producción casi con normalidad. Para ello, se ha recurrido al transporte por avión o, en casos como Renault, al transporte mediante camiones con tres conductores, agilizando notablemente los plazos de entrega, según detallaba esta semana a ABC el director general adjunto de Renault, José Vicente de los Mozos. El también presidente de Anfac, que afirmaba que los fabricantes mantienen un comité de crisis diario, resaltaba "el caracter cambiante" de la crisis, lo que exige "recopilar datos a diario para evaluar la situación", pero avisaba de que aún es pronto para cuantificar el impacto.
El problema viene también de la previsible caída en las matriculaciones. La federación de concesionarios Faconauto ya advirtió este jueves que, pese a que las ventas por ahora crecen un 1% (gracias, precisaban, a operaciones cerradas durante febrero), las visitas a concesionarios han caído un 30% en España, y hasta un 75% en la Comunidad de Madrid. Un motivo que obligará a las factorías a revisar sus planes industriales, convertidos ya en papel mojado, con el objetivo de evitar la acumulación de vehículos terminados en las campas.
La caída sostenida en las ventas durante los últimos meses, motivada por la incertidumbre tecnológica, el enfriamiento económico y el Brexit, ya había deteriorado la actividad de alguna de las plantas. Este mes, Ford Almusafes ha puesto sobre la mesa un ERE para 400 empleados con el objetivo de recortar la producción en unos cien vehículos diarios. El martes, la planta de PSA de Figueruelas acordó, por otro lado, la salida de 461 empleados mayores de 61 años. Mientras tanto, la factoría de Nissan en la Zona Franca de Barcelona se situará en mayo al 20% de su capacidad productiva, al recortarse la producción de la furgoneta eNV 200 y dejarse de producir la Mercedes-Benz Clase-X. Desde la compañía, no obstante, detallaron a ABC que el impacto por el coronavirus aún no se ha dejado sentir en la línea de montaje.
Este jueves el Gobierno aprobó entre otras medidas de apoyo a la industria, el aplazamiento extraordinario del calendario de reembolso, en los préstamos concedidos por la Secretaría General de Industria y Pyme, cuando la crisis sanitaria haya originado en dichos beneficiarios periodos de inactividad, reducción en el volumen de las ventas o interrupciones en el suministro en la cadena de valor que les dificulte o impida atender al pago de la misma.